Al abordar un conflicto, se pueden tener enfoques de prevención, de gestión, de resolución, y de transformación. Esto dependerá del momento histórico que está viviendo una sociedad.

La prevención o la gestión del conflicto se abordan en el corto plazo y buscan evitar la escalada del mismo y evitar entrar en situaciones peores. Mientras que la resolución del conflicto se trabaja en el mediano o largo plazo, buscando crear una paz positiva cuando las potencialidades del país lo permiten.

La resolución del conflicto no busca acabarlo sino redefinirlo. Los actores deciden sentarse, llegan a acuerdos sobre los aspectos más inmediatos del conflicto, y logran otros acuerdos para poder encauzar la redefinición del conflicto. Cuando los actores se sientan y acuerdan, existe la posibilidad de redefinir el conflicto, esperando que se cumplan los términos acordados.

¿Qué entendemos por la transformación del conflicto?

Para Jean Paul Lederach la transformación del conflicto se refiere a pasar a un orden sistémico habituado al conflicto, a un orden sistémico que va generando procesos de reacomodo e infraestructuras de paz. Esta mirada conceptual implica una reflexión sobre el momento histórico del país y los desafíos hacia adelante. Es un punto de vista proactivo, que ve en todo conflicto no solo algo inherente a los sistemas sociales, sino la posibilidad de transformación y cambio social.

La lógica de la transformación del conflicto es sistémica. No trata sólo de atender los elementos puntuales del conflicto sino que busca analizar desde una lógica sistémica los elementos que están generando tensión en el sistema para cambiarlo.

¿Por qué es importante hablar sobre la transformación del conflicto en Venezuela?

Debemos pensar en una lógica de la transformación, considerando una perspectiva a largo plazo. El conflicto no se ha resuelto y además tenemos un sistema inherentemente conflictivo, que tiene sembradas las semillas para tener más episodios hacia adelante.

Para poder transformar el conflicto en Venezuela debemos:

1) Completar una transición económica que permita aliviar el impacto de la crisis en la economía de los venezolanos y mejorar el poder adquisitivo. Es necesario reactivar el aparato productivo nacional y recuperar el valor del salario.

2) Trabajar por la reinstitucionalización de los poderes públicos, incluyendo un proceso de redemocratización.

3) Reformar el sistema de justicia. Un poder judicial independiente y autónomo es medular para las democracias.

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