Eliminar todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas es un derecho humano básico. Cuando se empodera a las mujeres y niñas de sus derechos se produce un efecto multiplicador que potencia el desarrollo sostenible.

Cifras del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señalan que por cada dólar que gana un hombre, las mujeres solamente perciben 77 centavos por hacer el mismo trabajo.

Y cada día, en todo el mundo, las mujeres y niñas son víctimas de violencia y discriminación. Según cifras de ONU Mujeres, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida: «Ya sea en el hogar, en la calle o en los conflictos armados, la violencia contra las mujeres es una pandemia mundial que ocurre en espacios públicos y privados».

El ODS 5 y los derechos humanos

Solamente con la eliminación de las desigualdades, incluyendo alcanzar el acceso igualitario a oportunidades de estudio, la división equitativa del trabajo no remunerado, el disfrute pleno de los derechos laborales, así como el acceso universal a la salud sexual y reproductiva, se podrá lograr la igualdad de géneros.

Aunque un número mayor de niñas van a la escuela en la actualidad, y hay más mujeres en el mercado laboral, las oportunidades y remuneraciones no siempre son igualitarias. Persisten grandes desigualdades en algunas regiones donde a las mujeres se les niegan, por ejemplo, los mismos derechos laborales que a los hombres, o no se les permite acceder a espacios de poder.

Así mismo, los efectos devastadores de los desastres naturales producto del cambio climático afectan de manera desproporcionada a las mujeres, de la misma manera que los conflictos armados y la movilidad humana. Cuarenta y nueve países carecen de leyes que protejan a las mujeres de la violencia doméstica. Y prácticas nocivas como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina persisten en la actualidad.

La violencia, incluyendo sus diferentes tipos: física, sexual, psicológica y económica, y la explotación sexual, que incluso traspasa las fronteras, como es el caso de la trata y el tráfico, producen a las mujeres y niñas afectaciones tanto físicas como psicológicas, que perduran a lo largo de sus vidas.

Es preciso que los gobiernos garanticen otorgar en las legislaciones, y en la práctica, derechos igualitarios para mujeres y niñas. Incluyendo el acceso a los recursos económicos, indispensables para el desarrollo sostenible.

Asegurar la participación plena de las mujeres en los espacios de poder y representación política, brindándole igualdad de oportunidades para ejercer el liderazgo en la toma de decisiones, sobre todo en los temas que las afectan, es crucial para alcanzar las metas del ODS 5.

¿Qué puedo hacer para ayudar a alcanzar el ODS 5?

Exigir a los Estados valorar el trabajo no remunerado realizado en el ambiente doméstico con la adopción de políticas de protección social, nos acerca al logro del ODS 5. En tu hogar hacer una distribución igualitaria de las tareas es una pequeña acción que contribuye a un cambio de comportamiento en la sociedad. La igualdad de género empieza en casa.

Si tienes una empresa, puedes aumentar la representación de las mujeres en los puestos de mando. Además asegúrate de garantizar que ellas reciban la misma remuneración que los hombres por el mismo trabajo.

Comprométete con actividades para empoderar a las mujeres de sus derechos. Apoya a alguna niña que necesite ayuda para continuar sus estudios y anima a los centros educativos a concederles becas.

No elogies representaciones que muestren a las mujeres como inferiores, menos inteligentes, e incompetentes, o que la cosifiquen, mostrándolas solamente como objeto sexual.

Un mundo pacífico y próspero solo será posible con la igualdad de género, la erradicación de prácticas nocivas que afectan principalmente a mujeres y niñas y la adopción por parte de los Estados de decisiones, tanto políticas como económicas, que impulsen economías sostenibles y sociedades con las mismas oportunidades para todos