En el primer mes de 2024, el Observatorio Digital de Femicidios del Centro de Justicia y Paz (Cepaz) documentó 24 femicidios consumados y 10 femicidios en grado de frustración en Venezuela. En este periodo hubo una acción femicida cada 21 horas. Diez niños y niñas quedaron huérfanos. Uno de ellos presenció la muerte violenta de su madre.
Los estados con mayor ocurrencia de femicidios consumados fueron Zulia (5 casos) y Distrito Capital (4 casos). Para los femicidios en grado de frustración, tenemos que la mayor frecuencia se aprecia en el Distrito Capital (3 casos) y el estado Monagas (3 casos). En ambos estados se concentra el 60% de los casos. Como dato curioso, al sumar femicidios consumados y femicidios frustrados para el Distrito Capital, tenemos 7 casos, lo que significa que en el mes de enero ocurrió una acción femicida cada 4 días en dicho Distrito.
Femicidios infantiles
Seis niñas fueron víctimas de acciones femicidas en el mes de enero. Tres de los femicidios consumados tuvieron como víctimas a niñas menores de cinco años. Además, tres niñas menores de cinco años sobrevivieron a la acción femicida. Como señalamos en el Monitoreo especial de femicidios infantiles, publicado en 2022, en Venezuela hay una escalada de violencia contra las niñas, que son asesinadas fuera de sus hogares y dentro de ellos. En sus hogares por sus padres, o por hombres cercanos a ellas, y en menor medida por sus madres, o por mujeres que las cuidan. Estas niñas son el núcleo de la rabia y los maltratos que se dan al interior de las familias.
Se observó que en el 12,5% de los casos, las víctimas fueron niñas entre 2 a 5 años de edad. Mientras que en el 20,9% de los casos se trató de una adolescente y en el 33,3% tenemos mujeres víctimas de femicidio consumado en edades comprendidas entre 34 y 57 años. En cuanto a los femicidios frustrados, el 30% de los casos documentados en este periodo tienen como víctimas a niñas menores de 5 años; y un 20% a mujeres en edades comprendidas entre 25 a 30 años.
Uno de los agresores de femicidio consumado es un adolescente y su víctima fue otra adolescente. Dos de las tres adolescentes víctimas de femicidio consumado mueren a consecuencia de herida por arma blanca.
50% de los agresores en fuga
En el análisis de los datos obtenidos en la revisión de los medios digitales, encontramos que el 65% de las víctimas de acciones femicidas conocía a sus agresores. En un 12,5% de los casos de femicidios consumados, se menciona a mujeres involucradas en los hechos.
Frente a 34 acciones femicidas, solo un caso (frustrado) reseña que el ofensor tenía antecedentes penales por violencia de género. En un solo caso el agresor está vinculado a organizaciones delictivas. El 50% de los agresores están en fuga. Mientras que el 41,7% fue posteriormente aprehendido y el 8,3% murió en el contexto de los hechos. Respecto de los agresores en femicidios frustrados, 70% fueron aprehendidos con posterioridad a los hechos y el 30% se registró en fuga. Dos ofensores de femicidio consumado y dos ofensores de femicidio frustrado, intentaron suicidarse y no lo lograron.
En cuanto a la relación afectiva entre agresor y víctima en los femicidios consumados, tenemos que en el 20,8% de los casos no había ninguna relación. En otro 20,8% existían vínculos de parejas y ex parejas (con o sin convivencia bajo el mismo techo); y para el 12,5% de los casos, se trata de miembros de la misma familia (el agresor es padre, padrastro, hermano, hijo, hijastro, primo, etc.). En el 50% de los femicidios en grado de frustración víctima y agresor tenían vínculos de parejas y ex parejas y el 20% registra ser miembros de la misma familia.
Femicidios en el espacio público
Sobre la aparente motivación de los hechos acaecidos, encontramos que, para los femicidios consumados, solamente el 25% de los casos reseñados destacan dicho dato, dentro de lo cual subraya un 8,3 % de un episodio de celos o alegato de infidelidad íntima y otro 8,3% para casos precedidos de violencia económica. Para los femicidios frustrados, el 80% de los reportes noticiosos no registraron la aparente motivación de los hechos. En el 20% de estos casos se documentó una escena de celos o alegatos de infidelidad.
El 29,2% de los casos de femicidios consumados tuvieron lugar en el ámbito privado (casa de la mujer o de ambos). Otro 29,2% ocurrió en plena calle y un 25% en un lugar desolado o apartado, es decir, un 55% ocurrió en espacio público. En cambio, para los femicidios frustrados, el 70% ocurrió en el ámbito privado y el 20% en plena calle. En cuanto a factores de riesgos evidentes, para los femicidios consumados aparecen en dos casos los antecedentes de amenazas o daños físicos contra la propia víctima.
Con relación a los signos de violencias en los casos de femicidios consumados, en dos de los casos el cadáver fue incinerado. En un caso fue arrojado a la vía pública. Dos de las tres víctimas adolescentes en femicidios consumados fueron incineradas. El 25% de los casos registra como testigos del hecho a familiares y conocidos de la propia víctima de femicidio consumado.
Femicidios de venezolanas en el exterior
Después de una extensa búsqueda en diferentes medios digitales, se documentaron seis femicidios consumados de venezolanas en el exterior durante el mes de enero de 2024. Así como el femicidio frustrado de una venezolana en Panamá. Hubo una acción femicida contra alguna venezolana en el exterior cada 4 días y 12 horas.
Colombia resultó ser el país con más casos registrados con dos, que representan un 33,3%. En Perú se registró un caso, al igual que en Estados Unidos. Tres niños y niñas quedaron huérfanos en el exterior por la muerte violenta de sus madres venezolanas. En uno de los casos se hace mención a que hijos menores de edad de la víctima presenciaron los hechos.
La edad de las víctimas venezolanas de femicidio consumado ocurrido en el exterior osciló entre los 25 y los 27 años representando un 33,3% de los casos. Mientras que las edades entre los 28 a los 30, entre los 37 a los 39 y entre los 40 a los 42 representan cada una un 16,7%. La edad de la víctima de femicidio frustrado es de 32 años.
En el 50% de los casos el femicidio ocurrió en el ámbito privado, esto es, en la casa de la mujer o en la casa que ambos ocupaban. Igual sucedió para el caso del femicidio frustrado. Para los femicidios consumados en un 33,3% de los casos la aparente motivación del agresor es que la víctima había decidido separarse. En un 16,7% la aparente motivación del agresor viene dada por un ataque sexual y otro 16,7%, por venganza de organizaciones criminales. En uno de los casos de femicidios consumados se hace mención a la participación de una mujer en la comisión de los hechos como coautora de los mismos.
El arma blanca o punzo penetrante, fue la más usada para la comisión de los hechos (50% de los casos). Uno de los agresores de femicidio consumado se suicidó. El agresor del femicidio frustrado también se suicidó inmediatamente después de cometer el hecho. En tres de los casos registrados hubo una aprehensión posterior del o los agresores, lo que representa un 50% de los casos. En uno de los casos el agresor se entregó luego de la comisión del hecho. En otro el agresor murió en el contexto de los hechos y en otro caso el agresor se encuentra en fuga. En cuatro de los casos de femicidio consumados la víctima tenía una relación afectiva de pareja o expareja con el agresor. También aparece este mismo vínculo en el caso del femicidio frustrado.
Víctimas sin protección
La falta de datos estadísticos oficiales, científicamente estructurados y con enfoque social, obstaculizan la verdadera comprensión del femicidio y sus fenómenos asociados. Recoger datos de manera rigurosa sobre esta problemática permitiría conocer la magnitud de este delito. Además, facilitaría una actuación coordinada desde las distintas estructuras del Estado para la prevención, investigación, sanción y reparación de las víctimas.
Debería tenerse, y no se tiene, un enfoque integral que vincule a un conjunto de políticas públicas e instituciones de Estado. Con una verdadera articulación de alto nivel y sobre todo, valoración y financiamiento público, marcando la posición del Estado frente la magnitud y complejidad del problema.
Aún más, el Estado sigue sin garantizar la protección inmediata e integral que requieren las niñas, adolescentes y mujeres víctimas. Se desconocen los programas que se han desarrollado y las inversiones que se han hecho para asegurar el correcto funcionamiento de los órganos, servicios y programas que tienen competencia en la prevención de los femicidios. Los femicidios, y más aún los infantiles, son muertes prevenibles que requieren la aplicación urgente de una adecuada política preventiva.
Desde el Observatorio Digital de Femicidios de Cepaz seguimos insistiendo en la necesidad de visibilizar esta grave problemática, como un aporte para su estudio y comprensión. Así como para el diseño de programas, tanto preventivos como para la atención y apoyo a las víctimas y a las sobrevivientes.
Consulte el monitoreo de femicidios del mes de enero