El Centro de Justicia y Paz (Cepaz) se propone contribuir con un registro de femicidios en nuestro país, que vaya más allá de determinar una expresión cuantitativa de la comisión de este delito, sino que permita analizar los fenómenos asociados al femicidio desde una mirada interdisciplinaria.
Es preciso entender que las muertes de mujeres ocurren en determinadas circunstancias, e incluso que los hombres agresores no siempre son personas unidas por vínculos afectivos con sus víctimas.
Este monitoreo de las muertes violentas de mujeres pone la mirada en los fenómenos sociales asociados, pues es el mejor medio para recabar elementos que permitan diseñar y aplicar políticas dirigidas a prevenir a esta forma particular de violencia.
En Venezuela no encontramos registros oficiales de femicidios. Cuando un Estado no publica cifras estadísticas, los hechos descritos en los medios noticiosos digitales se convierten en una importante fuente para monitorear los casos que ocurren.
Pandemia y femicidios
La pandemia penetra la realidad de desigualdad estructural de las mujeres; y complejiza el trabajo, existencia, cotidianidad, resistencia y psiquis de las mismas. Vuelve exponencial los diferentes tipos de violencias por ellas experimentados.
Del 14 de abril al 13 de junio de 2020, los medios de comunicación digital reflejaron 24 casos de femicidios.
Primeros datos que impactan
Desde el 14 de abril hasta el 13 de junio de 2020, hubo en promedio, un femicidio cada 50 horas. En total, 10 niños y niñas quedaron huérfanos. En un caso, un niño de 4 años presenció el femicidio de su madre, cuyo cuerpo fue enterrado cerca de su casa.
En el 62.5% de los casos, los hechos ocurrieron o bien en la casa de la mujer o en la casa de ambos, es decir, en el lugar que se supone debe ser el más seguro.
Las niñas son las más vulnerables: una niña menor de 10 años, fue repetidamente acuchillada y presentó como signos de violencia lesiones genitales o paragenitales.
Caracterización de las víctimas
El 95,8 % de las víctimas, eran de nacionalidad venezolana. En el 33,4% de los casos estaba en edades comprendidas entre 19 a 31 años; el 20.8% en edades del 60 a 71 años
El 25 % de las mujeres víctimas de femicidios, eran madres y el 4,16% estaban embarazadas. El 75% de los femicidios ocurrieron en el ámbito privado de la mujer, es decir, en su casa de habitación o la de su compañero.
El 41.7 % de los casos analizados, las mujeres murieron baleadas. En 16.7% fueron estranguladas hasta morir; 20.8% acuchilladas; 20,8% golpeadas.
Caracterización de los agresores
La mayor incidencia de los casos refleja una edad de los agresores femicidas comprendida entre 32 a 47 años de edad, equivalente al 37,7% de los femicidios analizados, observándose con respecto a la edad que reflejan las víctimas de femicidio, una disminución de los rangos.
Vale acotar que en el 45.8% de los casos ha sido imposible establecer la edad del agresor. En el 41,7% de los casos, el agresor huyó del lugar de los hechos y no fue aprehendido, sin que sea posible disponer información sobre su ubicación posterior.
En los dos casos donde logró determinarse que el agresor era un funcionario policial o militar, se cometieron los femicidios por medio del uso de arma de fuego. Eran sus armas de reglamento. Luego de haber cometido el femicidio, dos agresores se suicidaron.
Vínculo relacional
En el 37,5% de los casos las mujeres tenían o habían tenido convivencia con sus agresores, bien sea por matrimonio o por unión de hecho. El feminicidio a manos de la pareja o expareja suele ser el resultado de un largo proceso de abuso de poder, que puede estar basado en relaciones fuera del marco de la igualdad que dañan la integridad física, psicológica, sexual y económica de la mujer víctima.
El 16,6% de los casos analizados, los agresores eran miembros de la misma familia (padres, tíos, hermanos, primos). En el 20 % de los casos que no pudo lograrse establecer el vínculo con el agresor femicida, porque se desconoce la identidad de los mismos; sin embargo puede visualizarse que los signos de violencia que aparecen en los cuerpos de las víctimas son 2 por lesiones múltiples (golpes, estrangulamiento); 1 lesión genital; 1 cadáver arrojado a la vía pública.
En el 54,16% de los casos donde no hubo testigos presenciales de los femicidios, estos ocurrieron en el ámbito privado de la víctima y el agresor (casa de la mujer, casa del hombre o casa de ambos).
Motivación, modus operandi, incluyendo violencias ante y pot-mortem y contexto del femicidio
Los casos que permite la inferencia del móvil de venganza, 25%, si bien no arrojan en detalle el núcleo del conflicto, dejan una gran expectativa que amerita profundizar en futuros estudios sobre el origen de estos femicidios, ya que no quiere decir que las mujeres pertenezcan a algún grupo delincuencial, sino que la situación bajo la cual se llevó a cabo el feminicidio pudiera estar relacionado con riñas entre delincuencia organizada, incluso, casos de venganzas entre grupos de diferentes células. Máximo cuando en el 16.7% de los casos no se estableció de primera mano la motivación aparente del femicidio.
Al cruzar la categoría de análisis referida a los signos de violencias presentes en el cuerpo de mujer, con la aparente motivación del agresor en los actos cometidos, tenemos que el caso donde se pudo identificar el móvil de los celos, la muerte se produce por apuñalamiento y mutilación; además, en este caso, luego del femicidio, el agresor se suicidó.
El caso cuya motivación se centró en reclamos por infidelidad, la muerte se produjo por estrangulamiento. Los agresores no admiten desvinculaciones de sus parejas. Es necesario la mirada integral que supere las concepciones que justifican la violencia bajo el pretexto del amor o el honor. Este es un enfoque que se da en un contexto machista en el que se percibe a la mujer como propiedad del varón y no se reconoce su autonomía.
En tres de los 5 casos donde los signos de violencia sobre el cuerpo de la víctima, son apuñalamiento y mutilación, el móvil fue la venganza.
Relación mes/estado
Del 14 de abril al 13 de mayo, hubo 4 femicidios: 1 en Cojedes, 1 en Portuguesa, y 2 en el Zulia.
Del 1ro al 30 de mayo del 2020, hubo 16 femicidios: el mayor repunte estuvo en 4 casos en el Distrito Capital y 3 casos en el estado Miranda;
Del 1ro al 13 de junio de 2020, hubo 4 casos: 2 en Bolívar, 1 en Carabobo, 1 en Zulia.
El único estado de Venezuela dónde ha habido al menos un caso mensual de modo consecutivo, ha sido el Zulia.
Modalidad más frecuente de femicidio
Es los disparos de balas (41,2 %), seguida por el acuchillamiento (20.8%) y golpeadas (20.8%) o asfixiadas (16.7%).
Signos de violencia
Para el 37.5 % de los casos analizados, los signos de violencia sobre el cuerpo de las víctimas de femicidios vienen representados por herida de arma de fuego. Si cruzamos esta categoría de análisis (signos de violencias), con la categoría “ámbito de ocurrencia”, tenemos que de este 37.5% que presentan la herida de bala, el 33,3% de los mismos recibieron los disparos de armas de fuego dentro del ámbito privado de las mujeres.
La intervención de armas de fuego en el hogar hace mucho más probable que un episodio de violencia por parte de la pareja o compañero, tenga consecuencia mortales, principalmente por tres razones: 1) la gravedad de las heridas que ocasiona un disparo es altamente letal, 2) la presencia de un arma de fuego reduce la posibilidad de resistencia de las mujeres y 3) las armas de fuego reducen las posibilidades de escapar de la víctima y de que otra persona le preste ayuda.
Presencia de armas
La presencia de un arma de fuego en situaciones de violencia íntima incrementa la probabilidad de la victimización fatal. No obstante, en Venezuela, no encontramos investigación sobre las armas de fuego y su vinculación a los femicidios. El arma de fuego fue utilizada en el 41.7% de los casos analizados. Los dos funcionarios policiales que se registran como agresores, cometieron femicidio con su arma de reglamento.
Denuncia previa
En ninguno de los casos analizados para el segundo mes de la cuarentena se hace referencia a la concreta formulación de denuncia previa por parte de la víctima.
Factores de riesgo
Se consideran factores de riesgo del femicidio y tentativas, a los eventos, fenómenos y características sociales, psicológicas y biológicas que incrementan la probabilidad de morir por el hecho de ser mujer.
Precisamente, la identificación de estos factores de riesgo es una de las tareas claves para la prevención y atención de casos, a partir de la toma de conciencia de la situación. Los casos de riesgo severo son los que se traducen por lo general en femicidios, porque están presentes todas las condiciones para que la violencia lesione gravemente la integridad física, psicológica y sexual de la víctima.
En el 12.5% de los casos aparece como factor de riesgo hacia el femicidio, los antecedentes de acoso y hostigamiento. Igualmente, el 12.5% de los casos, está la presencia de armas en el hogar. Así mismo, en un 12.5% aparece como factor de riesgo presente en los casos analizados, al consumo de alcohol y otras drogas.
Testigos presenciales
Un 20% los testigos fueron transeúntes; el otro 16.7% familiares y conocidos de las víctimas. En el 62.5 % de los casos no hubo testigos identificados. Y de este porcentaje, el 54,16% de los casos, ocurrió en el ámbito privado de la pareja.
Femicidios frustrados
En el 8,3% de los casos, las acciones constitutivas para ejecutar el delito de femicidio quedaron en grado de frustración. Dos mujeres son sobrevivientes de las lesiones.
Muertes de mujeres venezolanas en el exterior
(Contexto migratorio)
Del 13 de abril al 13 de junio del 2020, tenemos:
Mes de ocurrencia: Durante el segundo y tercer mes de la cuarentena, 14 venezolanas en el exterior fueron víctimas de femicidio. Del 14 al 13 de abril hubo 3 femicidios, del 1ro al 31 de mayo, 10; del 1ro al 13 de junio, hubo un caso. En promedio, ocurre en el exterior el femicidio de una mujer venezolana, cada 4 días.
Lugar de ocurrencia: Durante el segundo y tercer mes de la cuarentena, los países donde ocurrieron más femicidios de venezolanas fueron Colombia con un 42,9% de los casos y México con el 28,6 %.
Edad de la víctima: En cuanto al rango de edad de las víctimas de femicidios ocurridos en el exterior, tenemos que el 21.4% estaban entre 15 y 18 años de edad; el 49,9% tenía edades comprendidas entre 19 y 35 años.
Nacionalidad del agresor: Se logró establecer que en 35.7% de los casos, el agresor era venezolano.
Aparente motivación del agresor: El 21,4% de los casos el femicidio vino precedido de escena de celos; en un 35,7% el contexto describe móvil de venganza.
Signos de violencia sobre el cuerpo: El 42,9% de los casos, las víctimas presentan herida de bala como signos de violencia en sus cuerpos; seguidos de un 28, 6% que atiende a mutilaciones, descuartizamientos o acuchillamientos.
Causa de la muerte: El 50% de las víctimas venezolanas de femicidios en el exterior, mueren por herida de bala.
Agresor vinculado a delincuencia organizada: 2 agresores aparecen representados por contextos de delincuencia organizada; uno en México; otro el Trinidad.
Presencia de armas: En el 50% de los casos analizados, estuvo presente un arma de fuego; en otro 35,7% armas punzo penetrantes. Y, si cruzamos la categoría de análisis de presencia de armas con el ámbito de ocurrencia, tenemos todos los casos donde ocurrieron femicidios en el ámbito privado, las armas utilizadas fueron las punzo penetrantes.
Factores de riesgo: En contextos de migración, se analizaron 7 casos de femicidios, mujeres que estaban en proceso de adaptación, e incluso, eventualmente migración pendular.
Femicidio frustrado: En el segundo y tercer mes de la cuarentena, hubo tres femicidios frustrados.
Víctimas madres: En el 37, 5% de los femicidios, la víctima era madre.
Número de huérfanos: En total quedaron 14 niños venezolanos huérfanos por el femicidio de sus madres.
Hijos que presenciaron el femicidio de sus madres: Un niño presenció el femicidio de su madre.
Victima embarazada: El 14.3% de las víctimas estaba embarazada para el momento de su femicidio.
Aprehensión del agresor femicida: En el 57,1 % de los casos analizados, el agresor no ha sido aprehendido.
Suicidio del agresor: Un agresor se suicidó; otro lo intentó, pero no lo logró.
Relación entre víctima y agresor: En el 57,1% de los casos, no pudo establecerse la existencia de alguna relación afectiva entre víctima y agresor. Sin embargo, al cruzar las categorías de análisis relación afectiva entre víctima y agresor con el suicidio de este último, tenemos que para el caso único de suicidio efectivo se estableció la existencia de convivencia (matrimonio, unión de hecho); y para el suicidio intentado y no logrado, la relación era noviazgo. En ninguno de los casos analizados aparece documentado si el hecho estuvo atravesado por un contexto de violencia sexual.
Consulte el informe completo Monitoreo Femicidio 2020 14 abril al 13 junio
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