Orígenes
El derecho a la alimentación fue reconocido en 1948, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Artículo 25) como parte del derecho a un nivel de vida adecuado.
Es un derecho humano universal reconocido por la legislación internacional que protege el derecho de todos los seres humanos a alimentarse con dignidad, ya sea produciendo su propio alimento o adquiriéndolo.
Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el derecho a la alimentación es el derecho a tener acceso, de manera regular, permanente y libre, sea directamente o mediante compra en dinero, a una alimentación cuantitativa y cualitativamente adecuada y suficiente. Es el derecho de poder alimentarse por sus propios medios, con dignidad. Así pues, este derecho tiene dos componentes esenciales: la disponibilidad de la alimentación y el acceso a la alimentación.
Este derecho está contemplado en el párrafo 1 del artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales el cual indica que los Estados partes reconocen el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de existencia.
Indica, además, que los Estados tomarán medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la importancia esencial de la cooperación internacional. Todo ello incluye los programas concretos que se necesitan para, por ejemplo, mejorar los métodos de producción, conservación y distribución de alimentos mediante la plena utilización de los conocimientos técnicos y científicos, la divulgación de principios sobre nutrición y el perfeccionamiento o la reforma de los regímenes agrarios de modo que se logre la explotación y la utilización más eficaz de las riquezas naturales.
Alcances del Derecho Humano a la Alimentación
Este derecho humano también implica asegurar una distribución equitativa de los alimentos mundiales en relación con las necesidades, teniendo en cuenta problemas que se plantean tanto a los países que importan productos alimenticios como a los que los exportan.
El derecho a la alimentación pertenece a todos los seres humanos, sin embargo, de hecho, protege a los individuos y a los grupos más vulnerables de la sociedad, entre los que se encuentran las personas o grupos de personas discriminadas como las mujeres y os niños, los campesinos sin tierra, los pueblos indígenas y tribales, los pequeños grupos de pescadores, los miembros de la comunidad LGBT y los migrantes, entre otros.
Qué es la FAO y cuál es su rol
La FAO es la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Se trata de una organización supranacional, formada por varios países y que funciona bajo el amparo de la ONU. Su principal objetivo es conducir las actividades internacionales encaminadas a erradicar el hambre
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) la migración es el movimiento de población, ya sea dentro de un país o a través de sus fronteras internacionales. Explica, además, que la migración incluye todo tipo de movimientos, independientemente de las motivaciones, de duración y de naturaleza voluntaria o involuntaria y abarca a los migrantes económicos, los migrantes de socorro, los desplazados internos, los refugiados y los solicitantes de asilo, los repatriados y las personas que se desplazan para otros fines, entre ellos la educación y la reunificación familiar.
La FAO afirma que todas las personas tienen un mismo derecho a la alimentación, pero sus distintas circunstancias implican que se requieran distintas medidas de los poderes públicos para que el mencionado derecho se realice exitosamente para todos. El enfoque basado en derechos requiere que se determine quiénes son las personas más vulnerables, por el motivo que sea, y se le dote de los medios necesarios para reclamar sus derechos. Requiere igualmente que se detecten y corrijan cualesquiera procesos discriminatorios en las estructuras de gobernanza y poder.
De acuerdo a datos aportados por la FAO, en 2015 había 244 millones de migrantes internacionales, un tercio de ellos tienen entre 15 y 34 años de edad y casi la mitad son mujeres. La primera causa de migración en el mundo es la pobreza rural y la inseguridad alimentaria
El derecho a la alimentación
Básicamente, las raíces del problema del hambre y la malnutrición no están en la falta de alimento sino en la falta de acceso a los alimentos disponibles, por parte de grandes segmentos de la población del mundo entre otras razones, a causa de la pobreza.
La legislación internacional prevé que todos los seres humanos tienen derecho a alimentarse con dignidad, ya sea produciendo sus propios alimentos o adquiriéndolos. Para poder producir su propio alimento, una persona necesita tierra, semillas, agua y otros recursos, y para comprarlos, necesita dinero y la posibilidad de acceder al mercado.
El derecho a la alimentación requiere, por tanto, que los Estados proporcionen un entorno propicio en el que las personas puedan desarrollar plenamente su potencial para producir o procurarse una alimentación adecuada para sí mismas y para sus familias.
Para comprar alimentos, una persona necesita una base de ingresos adecuado: el derecho a la alimentación requiere que los Estados garanticen, por consiguiente, políticas salariales y redes de seguridad social que permitan a los ciudadanos poder realizar su derecho a una alimentación adecuada.
La hospitalidad rompe fronteras. Los migrantes tienen pleno derecho de alimentarse con dignidad.
¡Sin alimentación adecuada no hay paz!