El enfoque del triple nexo busca abordar las vulnerabilidades y riesgos humanitarios de la población en países que enfrentan conflictos y crisis complejas prolongadas en el tiempo, atendiendo las necesidades de desarrollo y avanzando paralelamente en la construcción de paz. La mirada desde el enfoque del triple nexo: acción humanitaria, paz y desarrollo, permite dar una respuesta más global, integradora y duradera a las causas que originaron la crisis.
Ante el desbordamiento de la capacidad de respuesta y el agravamiento de la situación, el triple nexo permite afrontar las profundas y múltiples causas que dieron origen a la crisis, como por ejemplo el aumento de las necesidades humanitarias de la población, los desplazamientos forzados y las acciones políticas que fomentan la desigualdad e incrementan la vulnerabilidad y el conflicto.
Por lo tanto, un enfoque integral que tenga en cuenta el nexo entre la acción humanitaria humanitario, una visión a largo y mediano plazo de las posibilidades de desarrollo sostenible y las vías para la transformación del conflicto y la construcción de paz, puede ser una oportunidad para la reducción de las vulnerabilidades de manera efectiva y para la minimización de los riesgos a futuro de se repita la crisis.
Estos nexos relacionan los sistemas de respuesta, adaptándose a la realidad de cada contexto, para proteger a las personas y no causar más daño. Para ello es indispensable situar las necesidades de las personas en el centro de la respuesta; fomentar una participación activa y significativa de los actores locales y nacionales, incluyendo a la sociedad civil; incrementar el financiamiento a las actividades humanitarias; respetar los principios humanitarios y aplicar las lecciones aprendidas para mejorar la implementación del enfoque del triple nexo.
La acción humanitaria es el primer paso en la atención urgente de las crisis y los conflictos, cuando la vida de las personas está en peligro y la capacidad de respuesta de los actores locales está copada o no hay intención de brindar asistencia a la población. Una de las tareas más complejas en este punto es velar porque no se instrumentalice la ayuda, sobre todo cuando esta se intenta poner al servicio de los objetivos políticos de los gobiernos.
Mientras que la cooperación para el desarrollo es una respuesta transicional para superar las vulnerabilidades causadas por las crisis y los conflictos, que pueden ir resolviéndose a medida que la situación sea más estable y la acción humanitaria comience a avanzar.
Por último, la construcción de paz es transversal, y tiene como objetivo prevenir la reaparición de las crisis y los conflictos, y fomentar el establecimiento de estructuras que permitan la construcción de una paz positiva, enfocada no solamente en los efectos visibles de los conflictos, sino en sus orígenes y sus causas, para transformarlos. No se trata de una reducción de los conflictos basada en la censura, el miedo, la represión y las limitaciones del espacio cívico, sino de analizar los elementos que generan tensión y resolverlos de manera consensuada.