Cifras del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estiman que 821 millones de personas sufrían de desnutrición crónica para el año 2017, una de cada tres mujeres en el mundo sufre de anemia y más de 90 millones de niñas y niños menores de cinco años están peligrosamente por debajo del peso adecuado para su edad.
El ODS 2 y los derechos humanos
Pretender que a través de la caridad se logre poner fin al hambre y a todas las formas de malnutrición en el mundo, o que solamente el sector público tiene la obligación de asegurar el acceso de todas las personas a una alimentación adecuada y suficiente, deja de lado la necesaria sinergia entre gobiernos y actores no estatales para alcanzar este objetivo.
El derecho a una alimentación adecuada solamente puede garantizarse a través de alianzas que reconozcan la contribución y responsabilidad de ambas partes. No puede haber desarrollo sostenible mientras en grandes regiones del planeta las personas tengan dificultades para obtener ingresos suficientes que les permitan adquirir los alimentos que requieren.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible enfoca la acción de una manera ampliada y transformadora, que no solamente incluye el apoyo al desarrollo de la labor productiva de alimentos, sino a la protección del medio ambiente para evitar su degradación.
El ajuste de los marcos normativos y de los programas existentes para la erradicación del hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todo el mundo, es clave para garantizar no solamente la alimentación, sino la eliminación de la pobreza, poner fin a todas las formas de discriminación y alcanzar el desarrollo sostenible.
El planeta está en capacidad de proveer comida nutritiva para todos sus habitantes, generando además ingresos decentes para quienes la producen, pero sin programas ni políticas que protejan el medio ambiente, nuestros suelos, océanos y bosques, el acceso al agua potable y la biodiversidad seguirán sufriendo un rápido proceso de degradación por los procesos de sobreexplotación.
Además, el cambio climático, que aumenta los riesgos asociados a los desastres naturales, como sequías e inundaciones, amenaza con comprometer aún más la posibilidad de alcanzar este ODS.
Son tan necesarias las todas las formas de producción de alimentos sostenibles para ayudar a mitigar el hambre, como la aplicación de prácticas que “contribuyan al mantenimiento de los ecosistemas, fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos, las sequías, las inundaciones y otros desastres, y mejoren progresivamente la calidad del suelo y la tierra”, como señala la meta 2.4 del ODS 2.
El aumento de las inversiones, incluyendo cooperación internacional, tanto en infraestructura, como en investigación, tecnología y procesos resilientes, así como la adopción de medidas para asegurar el buen funcionamiento de los mercados de productos alimentarios, contribuirán a alcanzar este ODS.
¿Qué puedo hacer para ayudar a alcanzar el ODS 2?
Exigir programas y políticas públicas que garanticen una alimentación suficiente y de calidad en tu país, así como conocer y divulgar las cifras del hambre, es una manera de comprometerse para alcanzar el Hambre cero en todo el mundo.
Pero también puedes colaborar comprando alimentos a los productores de tu localidad, son por lo general más baratos y frescos. Si tienes una empresa o un negocio, ayuda a tus trabajadores con salario mínimo con la entrega de suplementos alimentarios con alto contenido nutricional, o con charlas para aprender a combinar los alimentos. Apoya programas como comedores solidarios, no tiene que ser necesariamente con dinero, sino también donando productos no perecederos o con trabajo voluntario.
Ayudar a erradicar el hambre es una responsabilidad compartida entre los gobiernos y las sociedades.