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ODS 10: Reducción de las desigualdades

A pesar de los grandes avances para la reducción de la pobreza, siguen existiendo desigualdades en el acceso a servicios sanitarios y educativos y a bienes esenciales, sobretodo en los países más vulnerables y en aquellos en desarrollo.

El ODS 10 y los derechos humanos

En los países en desarrollo, los niños de los sectores más pobres de la población tienen tres veces más posibilidades de morir antes de los 5 años que los de los sectores más ricos. Y aunque la protección social se ha extendido de manera significativa, todavía un gran numero de personas con discapacidad no tienen acceso a cobertura de salud.

A pesar de la disminución de la mortalidad materna, en las regiones en desarrollo las mujeres de las zonas rurales tienen hasta 3 veces más probabilidades de morir durante el parto que aquellas que viven en centros urbanos.

La desigualdad de ingresos entre mujeres y hombres sigue siendo significativa. Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de vivir por debajo del 50% del ingreso medio.

Si el crecimiento económico no logra la meta de reducir la pobreza, ni es inclusivo, no contribuye al desarrollo sostenible.

Para reducir estas desigualdades los Estados deben adoptar políticas que atiendan las necesidades de las poblaciones vulnerables y desfavorecidas. Es fundamental aumentar y mantener el crecimiento de los ingresos del sector más pobre de la población, garantizar la igualdad de oportunidades y eliminar las prácticas discriminatorias, incluyendo leyes, políticas y prácticas de segregación por edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión, situación económica o cualquier otra condición.

¿Qué puedo hacer para ayudar a alcanzar el ODS 10?

El respeto es el punto de partida para la reducción de las desigualdades. Que las personas tienen diferentes posturas y formas de actuar ante una misma situación, que existen otras culturas, y que todas merecen respeto, es un valor que debe ser fomentado tanto en las escuelas como en el hogar.

Exigir que las ciudades sean accesibles para las personas con discapacidad, permite su inclusión en la sociedad, aumenta sus posibilidades de encontrar trabajo y de ser lo más independientes posible.

Para alcanzar el desarrollo sostenible es necesario adoptar políticas sólidas que empoderen a las personas y promuevan la inclusión de todos y todas, independientemente de la edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica.