Ilustración: Luis Lubriche
El derecho a la participación política señala que “toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos. Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país y la voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto”, de acuerdo a lo establecido en el artículo 21 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Por su parte, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su artículo 25, indica que todos los ciudadanos gozarán, sin ninguna restricción, el derecho y oportunidad de participar en la dirección de los asuntos públicos directamente, o por medio de representantes libremente elegidos, de votar y ser elegido en elecciones periódicas, auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre voluntad de los electores, así como tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su país.
Bajo la comprensión del significado de este derecho, se entiende que es un término que va unido al concepto y ejercicio de democracia, ya que para que la democracia sea legitima, necesariamente necesita de la participación política, debido a que es la posibilidad que tienen los ciudadanos de incidir en el curso de los acontecimientos políticos que afectan a su país.