El 21 de octubre se realizó la sesión 8.886 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre Mujeres, paz y seguridad. Invertir en las mujeres en el mantenimiento y la consolidación de la paz fue el tema debatido este año.
Durante el debate se compartieron ideas sobre el progreso, los desafíos y las mejores prácticas relacionadas con invertir en las mujeres locales y sus redes en los países que albergan operaciones de mantenimiento de paz. Así como las lecciones aprendidas para acelerar la implementación de la agenda de mujeres, paz y seguridad, garantizando resultados sostenibles que promuevan la igualdad de género, el empoderamiento y el desarrollo social, político y económico de las mujeres.
No se puede excluir a las mujeres de las decisiones sobre la paz y la seguridad internacionales
En su intervención, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, destacó que las mujeres en todo el mundo dedican sus vidas a la causa más importante: la paz. Son agentes de cambio, activistas, crean la paz, defienden los derechos humanos, son líderes, median y negocian con grupos armados, aplican acuerdos de paz, defienden transiciones pacíficas, luchan por los derechos de las mujeres y la cohesión social en sus comunidades. «Sin embargo a menudo se encuentran en la periferia de las negociaciones de paz, se les excluye de la toma de decisiones». Aseguró Guterres que no se puede excluir a la mitad de la humanidad de las decisiones sobre la paz y la seguridad internacionales.
«El desequilibrio de poder entre hombres y mujeres sigue siendo el elemento más persistente que sigue estando en el corazón de todas las desigualdades». Mujeres y niñas viven en sociedades donde aumenta la violencia y la misoginia. Son quienes afrontan los mayores desafíos durante los conflictos, sin embargo no están en los centros de tomas de decisiones.
Agregó Guterres que debemos acelerar la participación plena de las mujeres en los procesos de paz y transiciones políticas. El año pasado las mujeres representaban solo el 23% de los delegados en los procesos de paz liderados o auspiciados por la ONU. Desde enero de 2018 el porcentaje de mujeres expertas militares ha aumentado, pasando de 8% a cerca de 18%. Y de 20 a 30% si contamos a los oficiales de policía. Cada vez son más las mujeres que lideran las misiones en el terreno.
Las mujeres deben poder participar de forma significativa en los procesos de paz. Defensoras y activistas ponen en riesgo sus vidas para lograr la paz en sus comunidades y por ello deben ser protegidas.
Urge promover la participación significativa, igual y plena de las mujeres en los procesos de consolidación de la paz, sobre todo en aquellos países que están en procesos de transición hacia la paz. Es imperativo lograr una paridad de género plena, incluyendo cuotas ambiciosas en las elecciones, y en los sectores de seguridad y justicia. La paz inclusiva debe poner la participación de las mujeres en todo lo que hacemos alrededor del mundo. La mejor manera de crear paz es a través de la inclusión, abriendo la puerta a la participación significativa de las mujeres. «Demos a la mitad de la humanidad la oportunidad de crear esa paz que todos anhelamos», concluyó el secretario general de la ONU.
Resultados limitados
Por su parte, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Sima Sami Bahous señaló que aunque han transcurrido 21 años de la aprobación de la Resolución 1325 sobre Mujeres paz y seguridad en el Consejo de Seguridad, los resultados han sido limitados.
A su juicio, es necesario aumentar el financiamiento para la agenda de Mujeres, paz y seguridad y reducir el gasto militar para respaldar la participación significativa de las mujeres en los procesos de paz y seguridad. Limitar los gastos militares es uno de los objetivos estratégicos del movimiento de mujeres para la paz, fundamental para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 16 sobre Paz, justicia e instituciones sólidas. El aumento del gasto militar, en los entornos después de un conflicto, incrementa el riesgo de que se reavive el conflicto, recalcó la directora de ONU Mujeres.
«Invertir en la paridad de género tiene un gran retorno en dividendos de paz y sin embargo se sigue invirtiendo más en gastos militares que en las mujeres». En el año 2020 los gastos militares en el mundo aumentaron un 2,6%, pese a que la economía global se había reducido en un 3,3% por las dificultades incrementadas por la pandemia, lo que implica, para Sima Sami Bahous, que debemos revisar nuestras prioridades.
Ninguno de los acuerdos de cese al fuego alcanzados entre 2018 y 2010 incluían la prohibición de la violencia sexual, destacó. El porcentaje de acuerdos de paz con disposiciones de género apenas alcanzó el 28,6%. Las naciones que prosperan son naciones iguales, y las naciones iguales son más pacíficas.
Los países en conflicto gastan de dos a tres veces más en defensa que en salud. Las mujeres dependen cada vez más de las organizaciones locales cuando los Estados no pueden atender sus necesidades. Y sin embargo la ayuda bilateral que se destina a las organizaciones dirigidas por mujeres en países afectados por conflictos apenas alcanza el 0,4%. Además ha habido un aumento notorio en la fragilidad del financiamiento otorgado a estas organizaciones que respaldan los derechos de las mujeres.
Mas del 80% de las organizaciones que están al frente de las crisis informaron que este año sus organizaciones corrieron riesgo de desaparecer por falta de financiamiento. No pueden actuar sin fondos. Además sus líderes están bajo constante amenaza, denunció Sima Sami Bahous.
Urge aumentar el número de mujeres que ostentan cargos electos como un amanera de cambiar el paradigma de gastos. La directora de ONU Mujeres pidió a la comunidad internacional un mayor esfuerzo para asegurar la participación de las mujeres en la toma de decisiones. Así como que los presupuestos incluyan partidas de género.
A su juicio, las cuotas son la mejor vía para acelerar un cambio positivo y aumentar la representación de las mujeres. «Queda claro que la participación de las mujeres y su protección son procesos que están vinculados. No podemos ver el uno sin el otro. Y no podemos esperar que las mujeres sean consolidadoras de la paz si sus vidas están constantemente amenazadas». Aseveró que la violencia contra las mujeres durante los conflictos y en campamentos de refugiados se queda casi siempre en impunidad. Los ataques contra estas organizaciones deben ser condenados, sancionados e investigados.
«Si queremos ver una diferencia tangible en la vida de mujeres niñas y un cambio de paradigma en la manera como abordamos la agenda de Mujeres, paz y seguridad necesitamos que los gobiernos, no solo en países afectados por conflictos, pongan de su parte. Así como sus aliados comerciales y militares, los donantes y el Consejo de Seguridad, finalizó Sima Sami Bahous.
Participación de las mujeres en los procesos de paz es necesaria para la sostenibilidad
Para Bineta Diop, enviada especial de la Comisión de Mujeres, paz y seguridad de la Unión africana, 21 años después de la aprobación de la resolución 1325 la afectación de los conflictos sobre niñas y mujeres continúa, y podría aumentar su gravedad
Las niñas y las mujeres están en mayor riesgo de ser víctimas de violencia sexual, y de perder sus modos de vida que ya de por si son precarios, afirmó Diop.
«Las pruebas son claras. La participación de las mujeres en los procesos de paz, la consolidación y la recuperación posconflicto no solo es cuestión de justicia y de derechos, sino que es un beneficio directo para el éxito y la sostenibilidad de dichos procesos», dijo la representante de la Unión Africana.
La historia de los conflictos y la paz en África tiene muchos ejemplos en donde las mujeres locales han desempeñado un papel esencial en la prevención y la consolidación de la paz. Sin embargo no ha habido una inversión sostenida, agregó.
Destacó Diop que las defensoras y consolidadoras de la paz tienen dificultades para usar los pocos recursos disponibles para sus iniciativas. «Además están en riesgo constante de ser blanco de represalias, intimidación y se les deniega su libertad de expresión». Sin embargo son factores clave para impulsar el cambio deseado en la agenda de Mujeres paz y seguridad.
La integración sistemática y la prestación de recursos para las mujeres y su papel de liderazgo en los esfuerzos de paz deben aumentar y priorizarse. Invertir en las iniciativas de las mujeres es la manera más eficiente de luchar contra las amenazas y los conflictos.
Agregó Diop que África tiene el marco más robusto para avanzar en la Agenda de Mujeres Paz y seguridad. A pesar de ello, las mujeres siguen siendo las principales víctimas de los conflictos en el continente. Gran parte de los planes de acciones no se traducen en la aplicación de planes de desarrollo y dependen de financiación externa.
El secretario general recomienda que se asigne un 15% de toda la financiación para el desarrollo a actividades cuyo objetivo es optimizar la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, pero esto no ha sido una realidad, denunció Diop. El aumento en el gasto militar ha sido a expensas de la inversión en seguridad humana, con consecuencias negativas para las niñas y las mujeres, especialmente durante la pandemia.
La enviada especial de la Comisión de Mujeres, Paz y Seguridad de la Unión africana efectuó algunas recomendaciones para avanzar. A su juicio es imperativo crear mecanismos de financiación flexibles, para apoyar las iniciativas de consolidación de la paz de las mujeres. «La aplicación coherente de las agendas humanitarias de paz, según se consagran en los ODS y en la Generación Igualdad pueden ayudar a abordar las causas profundas de los conflictos». Debemos apalancar a las plataformas existentes como la red de lideresas para la paz, para así mejorar la participación y representación de las mujeres en los mecanismos de mediación y gobernanza. Debemos además acelerar las reformas de género de fuerzas de defensa y seguridad nacionales para garantizar la participación el liderazgo y el despliegue de las mujeres en las misiones de mantenimiento de la paz.
Garantizar la participación plena, igualitaria y sustantiva de las mujeres es esencial para una paz sostenible
Celia Umenza Velasco, líder indígena, intervino en nombre del Grupo de Trabajo de las ONG sobre Mujeres, Paz y Seguridad. Velasco habló de la situación de las defensoras de derechos humanos en Colombia.
Aseveró que el acuerdo de paz en su país, con 130 disposiciones sobre igualdad de género y derechos de las mujeres, se logró gracias a la lucha dedicada del movimiento feminista.
Recalcó que las amenazas a las que se enfrentan las mujeres constructoras de paz en una comunidad, son a su vez una amenaza para todas las mujeres en el mundo. El tema de la persecución de mujeres defensoras de derechos humanos sigue siendo una brecha crítica para la implementación de la agenda de Mujeres, paz y seguridad.
Umenza Velasco pidió poner fin a la persecución de defensoras en todos los conflictos que están dentro de la agenda del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Así como garantizar la participación plena, igualitaria y sustantiva de las mujeres en toda su diversidad, lo que es esencial para una paz sostenible.
“Para las mujeres indígenas la paz significa el fin de la discriminación, el respeto por los derechos humanos, la justicia, la igualdad económica y el cambio transformador poniendo la vida humana en el centro”, concluyó la líder indígena.
Para concluir su intervención pidió al Consejo de Seguridad ir más allá de las palabras. “Las mujeres de todo el mundo les demuestran a diario que tienen el coraje y la convicción de luchar por la paz. Hoy les pedimos que luchen por todas nosotras”.