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Mujeres constructoras de paz: agentes de cambio en contextos adversos

Cada 21 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Paz, luego de que la Asamblea Nacional de las Naciones Unidas así lo estableciera como una forma de conmemorar y fortalecer los ideales de paz en cada nación[1].

En el Día Internacional de la Paz, desde el Centro de Justicia y Paz (Cepaz), y como parte de las “12 Acciones por la Paz”, queremos destacar el importante trabajo de las mujeres venezolanas, quienes han asumido un rol fundamental en la defensa de los derechos humanos, la democracia y la paz en un contexto marcado por la adversidad. Es por ello que este año, en la 7ma edición de las “12 Acciones por la Paz”, queremos hacer especial mención a las Mujeres Constructoras de Paz.

Las mujeres han demostrado tener un papel crucial en los esfuerzos de consolidación de la paz

Las mujeres tienen un rol determinante en la reinstitucionalización democrática, la construcción de una paz sostenible y la exigencia de la plena garantía de sus derechos.

Así pues, las mujeres constructoras de paz promueven la reconciliación a través  de la búsqueda de soluciones pacíficas y duraderas a los conflictos, al mismo tiempo que movilizan a  sus comunidades y a la sociedad en su conjunto para participar en la construcción de la paz y promover un cambio social positivo. Las mujeres constructoras de paz reconocen la importancia de abordar las desigualdades de género y la violencia de género como parte integral de la construcción de la paz, participan activamente en procesos de diálogo, mediación y negociación, y a menudo desempeñan un papel crucial en la facilitación de conversaciones de paz. Tal es así que cuando las mujeres participan en los procesos de paz, las partes son más propensas a negociar y los acuerdos son más efectivos; los acuerdos alcanzados tienen un 64% menos de probabilidades de fallar y hay un 35% más de probabilidad de que duren al menos 15 años.[2]

Aún más, en un contexto como el de Venezuela, atravesado por una crisis multidimensional y una emergencia humanitaria compleja que afecta de manera diferenciada y desproporcionada en las mujeres, niñas y adolescentes; la labor de mujeres y organizaciones feministas permiten empoderar a las mujeres en las comunidades y apoyarlas mediante proyectos y programas de desarrollo comunitario que promueven su estabilidad y el bienestar, en aspectos como la educación, atención médica, psicológica y legal, el acceso a recursos económicos, la seguridad alimentaria, entre otros aspectos.

Organizaciones lideradas por mujeres ejercen su labor bajo la discriminación y en un espacio cívico restringido

A pesar de sus importantes contribuciones, las mujeres constructoras de paz en Venezuela enfrentan desafíos y obstáculos en su trabajo.

El trabajo de las mujeres que lideran organizaciones en crisis complejas es vital pero todavía es muy poco conocido y apoyado. Las mujeres constructoras de paz en Venezuela enfrentan de manera diferenciada los desafíos que supone desenvolverse en el espacio cívico restrictivo venezolano, bajo violaciones sistemáticas a los derechos de asociación, reunión, manifestación, opinión, expresión y participación. Adicionalmente, se tienen que enfrentar a la discriminación, la violencia y la desigualdad por las actividades que desarrollan. Este contexto no permite visibilizar el trabajo de las mujeres en la construcción de la paz y tampoco permite que se entienda el rol crucial que las mujeres lideresas tienen en contextos tan complejos como el de Venezuela.

Un estudio de Cepaz, a través de entrevistas a 16 agrupaciones no gubernamentales con presencia de mujeres y liderazgos feministas creadas entre 2014 y 2021, logró evidenciar los obstáculos y la discriminación que deben enfrentar estas agrupaciones en el desarrollo de sus actividades. Así pues, los resultados de la encuesta realizada determinaron que solo una de las 16 organizaciones entrevistadas se encuentra legalmente constituida, esto debido a los obstáculos que las instituciones les imponen a este tipo de organizaciones. Además, las agrupaciones feministas se desarrollan en un entorno de discriminación, incluso en la dimensión social, tal es así, que el  20% de las agrupaciones entrevistadas señaló el “rechazo de la sociedad a los temas que trabajan” como uno de los obstáculos para realizar su labor. Mientras tanto, el 100% de las agrupaciones objeto del estudio, manifestaron tener graves dificultades de acceso a recursos, desde financiamiento directo hasta recursos físicos; ellas identificaron que esto se debe, en parte, a la falta de personería jurídica; una consecuencia directa de las restricciones legales.

A pesar de estos desafíos, las mujeres constructoras de paz en Venezuela siguen trabajando incansablemente, demostrando que son un ejemplo de resiliencia y compromiso.

Urge un plan nacional de acción sobre las mujeres, la paz y la seguridad en Venezuela

La inclusión de las mujeres en los esfuerzos de consolidación de la paz es esencial para lograr soluciones sostenibles y duraderas. La Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, aprobada en el año 2000, es un hito histórico que reconoce la importancia de la participación de las mujeres en la consolidación de la paz y la seguridad. La resolución hace un llamado a la participación de las mujeres en la construcción de la paz, la protección de sus derechos humanos y la promoción de la igualdad de género. Sin embargo, a pesar de la adopción de esta resolución, sigue habiendo una necesidad crítica de una mayor inclusión de las mujeres en las iniciativas de consolidación de la paz.

En este sentido, el Comité de la Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (Cedaw, por sus siglas en inglés) en sus observaciones finales con relación al noveno informe periódico de Venezuela, mostró su preocupación por la inexistencia de un plan nacional de acción sobre las mujeres, la paz y la seguridad en Venezuela, por lo que le recordó nuevamente al Estado venezolano la importancia de aplicar la Resolución 1325 y tomar en cuenta su recomendación general núm. 30 (2013) sobre las mujeres en la prevención de conflictos y en situaciones de conflicto y posteriores a conflictos. Asimismo, instó al Estado venezolano a cooperar con representantes de organizaciones de mujeres de la sociedad civil y considerar la aprobación de un plan nacional de acción para la aplicación efectiva de la Resolución 1325.

Para lograr una verdadera paz y seguridad sostenibles, es esencial que se escuchen y se tengan en cuenta las voces de las mujeres y de las organizaciones con presencia de mujeres y liderazgos feministas. Por ello, está séptima edición de “12 acciones por la paz” se convierte en una invitación a las organizaciones de la sociedad civil a insistir y exigir en este plan de acción que debe promover el Estado en condiciones de seguridad que permitan una amplia participación de las organizaciones y del liderazgo femenino.

Así pues, un plan de acción adaptado a lo expuesto en la Resolución 1325 permitirá asegurar que los compromisos relacionados con la igualdad de género y la paz se traduzcan en acciones concretas y medibles en donde las mujeres sean incluidas en todas las etapas y procesos de toma de decisiones públicas relacionadas con establecer y consolidar la paz.

[1] Consultar la resolución en: https://undocs.org/es/A/RES/36/67

[2] Participación de las mujeres en los procesos de paz. Disponible en: https://www.cfr.org/womens-participation-in-peace-processes/