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Lección de Paz: Guatemala

Las desigualdades socioeconómicas en Guatemala impulsaron el surgimiento de la lucha armada entre las llamadas fuerzas de autodefensa, conformadas por grupos paramilitares y la guerrilla. Pueblos completos fueron arrasados durante el conflicto y miles de guatemaltecos se vieron obligados a abandonar su país, tras ser amenazados por el Escuadrón de la Muerte y el Ejército Secreto Anticomunista.

Tras años de gobiernos autoritarios, el presidente Vinicio Cerezo se enfocó en la reinstitucionalización democrática de Guatemala y en la búsqueda de una paz duradera, no solo para su país, sino para toda la región, por lo que promovió la firma de los Acuerdos de Esquipulas. Posteriormente, bajo el mandato de Alvaro Arzú, el gobierno de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca pusieron fin a una guerra de 36 años, que dejó un saldo de 250 mil víctimas.

Contexto

Tras su independencia en 1821, las políticas del Estado guatemalteco eran consideradas excluyentes. No toda la población tenía acceso a servicios básicos y prevalecían profundas desigualdades socioeconómicas. La población indígena era explotada y se mantenía en una condición de subordinación. La propiedad de las tierras estaba concentrada en pocas familias, al igual que el capital económico.

El creciente descontento de la población impulsó la lucha armada. En la década de 1960 inicia el enfrentamiento armado entre el gobierno y los grupos antigubernamentales, entre los cuales se encontraban las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), el Movimiento Revolucionario 13 de Noviembre (MR13) y el Frente Guerrillero Elder Ibarra (FGEI). Estos grupos realizan ataques contra personas y bienes de entidades públicas y privadas.

También surgen organizaciones paramilitares como Mano (Movimiento Anticomunista Nacional Organizado), Mano Blanca, Nueva Organización Anticomunista, Ojo por Ojo y El Escuadrón de la Muerte, para reprimir a la oposición, pero también ejecutaban acciones contra la población civil, sin verificar si tenían o no algún tipo de vínculo con los guerrilleros.

La violencia en Guatemala se intensificó con la designación del coronel Carlos Arana Osorio como presidente de la República para el periodo 1970-1974. La represión es cada vez mayor y se establece un estado de sitio. La sociedad civil es perseguida, incluyendo los sectores universitarios, sindicatos, partidos políticos, uniones campesinas e incluso la iglesia. Se producen desapariciones y asesinatos.

En 1974 gana la presidencia el general Kjell Laugerud. Disminuye la represión y reina una aparente tranquilidad en el país. Pero luego de los primeros años de su mandato recrudecen los ataques contra los opositores y se publican sentencias públicas de muerte. Las personas son obligadas a huir del país para salvar sus vidas. Muchos son asesinados o desaparecen a manos del Escuadrón de la Muerte y el Ejército Secreto Anticomunista (ESA).

Un terremoto destruye gran parte de Guatemala en 1976. A raíz de esta tragedia natural el régimen se flexibiliza e incluso ratifica la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Tras un proceso calificado como fraudulento, en 1978 se declara vencedor en las elecciones al general Fernando Romeo Lucas García, exministro de la Defensa de Kjel Laugerud.

La guerrilla intensifica sus acciones y las organizaciones de la sociedad civil manifiestan su oposición al gobierno de García. Aparecen dos nuevas organizaciones guerrilleras: el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) y la Organización del Pueblo en Armas (ORPA). Los grupos paramilitares y escuadrones de la muerte con vínculos con los servicios de seguridad siguen funcionando.

Desde 1979 avanza la militarización del Estado. Los movimientos sociales son desmovilizados y se produce una represión selectiva y la desaparición forzada masiva de dirigentes sindicales. La ofensiva guerrillera se intensifica y  los contrataques del Estado también.

En 1982 gana las elecciones el general Aníbal Guevara, pero no llega a tomar posesión del cargo, pues se produce un golpe de estado dirigido por jóvenes oficiales del Ejército. Los líderes del movimiento solicitan al general Efraín Ríos Montt que asuma el nuevo gobierno, como presidente de una Junta Militar formada también por el general Horacio Maldonado Schaad y el coronel Francisco Luis Gordillo. Posteriormente Ríos Montt disuelve la Junta Militar y asume la presidencia de gobierno y la comandancia de las Fuerzas Armadas, militarizando por completo la administración pública.

En este periodo más de cuatrocientos pueblos fueron arrasados y miles de campesinos e indígenas asesinados. Se produjo un desplazamiento forzoso de la población y quienes se quedan en sus hogares son obligados a ponerse bajo el control del Ejército.

Ríos Montt fue derrocado en 1983 por un golpe de Estado ejecutado por su ministro de la Defensa, el general Mejía Víctores, quien inició la transición hacia la democracia en Guatemala. En 1984 se instaura una Asamblea Nacional Constituyente y en 1985 se aprueba una nueva constitución.

Liderazgo para la paz

La guerra en Guatemala ya había dejado miles de muertos y más de un millón de desplazados. Vinicio Cerezo Arévalo llega al poder en 1986, tras años de gobiernos autoritarios. El país seguía sumido en una guerra civil y una profunda recesión económica. Su mayor reto fue restablecer la institucionalidad democrática.

Bajo su mandato se buscó una salida negociada al conflicto y se produce la primera conversación entre el gobierno y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (UNRG) en España. También se crea la Comisión Nacional de Reconciliación. En 1988 se produce un intento de golpe de Estado que perjudica los acuerdos. Para 1989 se instala el Gran Diálogo Nacional. Se constituyen 15 comisiones para trabajar diversos temas con la sociedad civil. Cerezo convocó a los presidentes centroamericanos a buscar una paz firme y duradera con la firma de los Tratados de Esquipulas.

En 1991 gana las elecciones presidenciales Jorge Serrano Elías, quien se compromete a firmar la paz. El gobierno y el URNG discuten puntos de negociación. Serrano Elías disuelve los poderes Legislativo y Judicial en 1993 y suspende las garantías constitucionales con el apoyo de un sector del Ejército. La URNG suspende las negociaciones de paz. Tras las presiones internas, Serrano huye del país y el Congreso nombra a Ramiro de León Carpio como nuevo presidente.

Desde 1994 las Naciones Unidas modera las negociaciones de paz, lo que permite la firma de acuerdos parciales. Álvaro Arzú asume la presidencia. Se firman acuerdos parciales sobre diversos temas y finalmente, el 29 de diciembre de 1996, el gobierno de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca pusieron fin a una guerra de 36 años, que dejó un saldo de 250 mil víctimas. Se creó  una Asamblea Permanente de la Sociedad Civil (ASC) y una Comisión Internacional contra la Impunidad.

El liderazgo decidido de Vinicio Cerezo Arévalo, para encaminar las negociaciones hacia una paz duradera en Guatemala, permitió poner fin a 36 años de enfrentamientos. Cerezo también convocó a los mandatarios de El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica en la búsqueda de una verdadera integración centroamericana. Los Acuerdos de Esquipulas, que Cerezo impulsó buscaban estabilizar a una región que se desangraba por los conflictos armados.

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