El pasado mes de agosto tuvimos una nueva jornada de trabajo con las mujeres por la ludoteca comunitaria en La Dolorita. Una vez más pudimos comprobar que la esencia de la experiencia lúdica no radica en la risa estridente, sino en la sonrisa serena que nos produce la alegría verdadera. Esa sonrisa que nos llena de paz y nos permite trasmitir este sentir a otras personas.
Esa sonrisa la conseguimos a través de nuestra primera dinámica en la jornada con las animadoras socioculturales. La imagen de una fuente fue el reflejo y el centro del ejercicio de relajación y la reflexión posterior, realizado con el apoyo de Isabel Zerpa, directora del Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad Central de Venezuela (CEM-UCV), y facilitadora de la experiencia.
Actividad enriquecedora
En la segunda parte del encuentro nos dedicamos a vocalizar y a jugar con las palabras. Nos reencontramos con Pablito y su famoso trabalenguas, con María Chucena y la mujer más grande del mundo. Cantamos bailamos, reímos y también reflexionamos.
Luego, en la tercera y y última etapa de nuestro encuentro, nos dedicamos a la dramatización e hicimos varias versiones sobre la historia de «La muerte de un tomate». Fue una interesante y muy divertida experiencia en la qué las mujeres de La Dolorita, mostraron su alegría, su entusiasmo y sus cualidades histriónicas.
Disfrutamos de una actividad, como siempre, muy enriquecedora. Sentimos y afirmamos que ha sido un aprendizaje en comunión, mediatizado por nuestras realidades y nuestros saberes, en el camino de la creación de la ludoteca comunitaria.