El 8 de mayo de 2020 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó sus observaciones y recomendaciones preliminares tras la visita in loco que se llevó a cabo del 5 al 8 de febrero en Venezuela.
Antecedentes
La sociedad civil venezolana, incluyendo el Centro de Justicia y Paz (Cepaz), habíamos advertido, de manera reiterada, la importancia de la visita de la CIDH a Venezuela, toda vez que la última visita ocurrió en el año 2002 y ya desde ese momento la Comisión señalaba su preocupación por el agravamiento de la crisis en Venezuela.
Así pues, ante la agudización de la crisis, en abril de 2019 la comisión envió reiteradas solicitudes para una visita in loco, sin embargo, el gobierno de facto se negó a aceptarla. No obstante, tras el asesinato del capitán Rafael Arévalo en julio 2019, el presidente (e) Juan Guaidó solicitó a la CIDH que realice una visita a Venezuela para verificar los hechos denunciados. La CIDH aceptó la invitación y pidió se otorguen todas las facilidades para llevar a cabo esta misión.
Ahora bien, llegada la fecha de la visita de la CIDH a Venezuela, el régimen negó su entrada, reflejando una vez mas la falta de intención por atender y mejorar la situación de los derechos humanos en Venezuela, obviando además las facultades que tiene la Comisión de monitorear el cumplimiento de las obligaciones internacionales del Estado venezolano, toda vez que Venezuela forma parte de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de instrumentos interamericanos que lo obliga[1]. A pesar de ello, la delegación se trasladó a la frontera colombo-venezolana y desde ahí pudo contactar con los desplazados, las víctimas de violaciones de derechos humanos y con la sociedad civil.
En este contexto, se desarrolló la visita, bajo condiciones atípicas y circunstancias totalmente adversas, sin embargo, la comisión de manera presencial y virtual, pudo constatar y recaudar suficiente información para generar las observaciones y recomendaciones al Estado venezolano respecto a la crisis multidimensional que existe en Venezuela y las violaciones sistemáticas a los derechos humanos.
Observaciones y recomendaciones preliminares
A través de un comunicado de prensa, la CIDH presentó sus observaciones y recomendaciones preliminares tras la visita in loco a Venezuela para monitorear y hacer seguimiento a la situación de derechos humanos en el país. La comisión ratificó la profundización de la crisis multidimensional y la crisis humanitaria compleja que existe en Venezuela, y recalcó la ausencia de un Estado de Derecho y el debilitamiento de la institucionalidad democrática. En este sentido indicó como esta crisis es el principal factor del desplazamiento forzado de venezolanos hacia el exterior.
Por otra parte, advirtió el deterioro en el goce y acceso a los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, evidenciado en el desabastecimiento de alimentos y medicinas, la interrupción de los servicios públicos, y la pobreza generaliza en la población.
Asimismo, observó el deterioro en el goce de los derechos civiles y políticos en el ejercicio de la libertad de expresión y la participación en los asuntos públicos, lo cual se evidencia en las detenciones arbitrarias, la represión y restricciones indebidas a la protesta, despidos y amenazas a empleados públicos, campañas de estigmatización y hostigamiento en perjuicio de periodistas, líderes políticos, defensoras y defensores de derechos humanos y ciudadanos.
Finalmente, la comisión concluyó con el incumplimiento del Estado a sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos, y solicitó el reconocimiento del sistema interamericano como órgano de promoción, observancia y defensa de los derechos humanos de la región, incluyendo Venezuela, por lo que insta al cumplimiento de sus recomendaciones y observaciones. Asimismo, solicitó el respeto y garantía de los derechos humanos de los venezolanos, la protección de la institucionalidad democrática, y que se tomen las medidas pertinentes para atender a los grupos más vulnerables y combatir los altos niveles de pobreza.
El desafío de la eficacia de la CIDH
Uno de los principales desafíos que enfrenta la CIDH es continuar garantizando la eficiencia del mecanismo de medidas cautelares, cuyo objetivo es evitar, a través de una intervención oportuna, que ocurra un daño irreparable para una persona o grupo de personas.[2] En este sentido, la CIDH ha señalado de manera reiterada el desafío del Sistema Interamericano en el cumplimiento de sus decisiones y recomendaciones, particularmente cuando nos referimos a regímenes autoritarios, como es el caso de Venezuela, en donde el mandato de la CIDH se lleva a cabo en un contexto adverso, en ausencia de un Estado de Derecho y de poderes públicos independientes.
En este sentido, desde Cepaz reconocemos todos los esfuerzos que ha realizado la Comisión para continuar trabajando por la garantía de los derechos humanos de todos los venezolanos. Entendemos el contexto adverso bajo el cual la Comisión trabaja para dar cumplimiento a su mandato y asimismo valoramos el importante esfuerzo para ingresar a Venezuela y constatar los hechos denunciados. A pesar de la negativa del régimen de facto, se trasladaron a la frontera colombo-venezolano y lograron documentar denuncias de manera presencial, además del importante trabajo virtual, que, junto a la sociedad civil venezolana, se logró obtener y constatar a través de testimonios, documentación y denuncias, las sistemáticas violaciones de los derechos humanos en Venezuela.
Por otra parte, reconocemos el constante trabajo de la Comisión en la defensa y promoción de los derechos humanos en Venezuela, atendiendo la grave crisis a través de la Sala de Coordinación y Respuesta Oportuna e Integrada (Sacroi), y con esto darle prioridad a las peticiones y casos en relación a Venezuela, se otorgaron medidas cautelares y numerosas audiencias públicas. Así también la creación del Mecanismo Especial de Seguimiento para Venezuela (Meseve), con el objetivo de monitorear y hacer seguimiento al caso venezolano, en un contexto de crisis y grave deterioro institucional. Finalmente, la visita in loco y el informe preliminar, demuestran el compromiso del sistema interamericano en la restitución de los derechos humanos en Venezuela.
En este orden, el sistema interamericano tiene un rol fundamental para abordar y poner fin a la crisis compleja que existe en Venezuela, en este sentido, la aplicación eficaz y simultanea de todos los mecanismos internacionales disponibles para hacer frente a la restitución de los derechos humanos en Venezuela, deben ser aplicados sin restricciones.
Desde esta perspectiva, debemos destacar que el artículo 25.10 del reglamento de la CIDH consagra suficiente potestad para tomar las medidas de seguimiento apropiadas, como lo son las audiencias, reuniones de trabajo, visitas de seguimiento y revisión. Asimismo, la Resolución 2/2020 destaca la posibilidad de adoptar resoluciones de seguimiento a las medidas cautelares vigentes, particularmente ante situaciones en donde persistan los factores de riesgo, la falta de respuesta del Estado o la identificación de desafíos en la implementación que ameriten un pronunciamiento de parte de la Comisión.
En este contexto, considerando la crisis multidimensional que existe en Venezuela, la cual se ha prolongado y agudizado con el transcurso del tiempo, sumado a la falta de respuesta del Estado y al desvanecimiento de la institucionalidad democrática, es necesario consolidar y reforzar los mecanismos de seguimiento y revisión. Para ello, desde Cepaz insistimos en la necesidad de aplicar las resoluciones de incumplimiento como mecanismo que permita evidenciar el patrón de omisión por parte del Estado venezolano de las medidas cautelares emanadas de la Comisión, que además recae en asuntos de severa violación de los derechos humanos, y que de no intervenir de manera oportuna, podría producir daños irreparables a las víctimas.
Por otra parte, la aplicación de estas resoluciones pueden ser útiles en términos del impacto que éstas tienen en el fortalecimiento de la respuesta de la justicia internacional y con ello evitar la impunidad de las personas responsables de graves violaciones de los derechos humanos, y asimismo hacer efectivo los derechos de las víctimas, en un sistema en donde ha prevalecido la denegación de la justicia.
Finalmente, desde Cepaz auspiciamos los avances en la región y el vínculo de cooperación que hoy existe con los demás organismos internacionales. El rol de la OEA es fundamental para insistir en la reivindicación de los derechos humanos de los venezolanos y la restitución de la democracia. La agenda regional no se detiene, la construcción del informe final sobre las observaciones y recomendaciones, así como el seguimiento del Meseve mantienen la situación de Venezuela en la mira de la región. En este sentido, hacemos un llamado a continuar acompañando a las víctimas, apropiarnos y avanzar en el establecimiento de todos los mecanismos disponibles de incidencia para seguir documentando, visibilizando y denunciando las violaciones sistemáticas a los derechos humanos en Venezuela.
[1] http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2020/020.asp
https://cepaz.org/staging/articulos/reingreso-de-venezuela-a-la-jurisdiccion-de-corte-interamericana-de-derechos-humanos/
[2] https://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2018/107.asp