Para culminar las actividades de la ludoteca comunitaria de La Dolorita por el mes de junio, tuvimos una amena conversación con las mujeres de esta comunidad sobre el origen de las ludotecas. Estos espacios están muy vinculados con situaciones de gran vulnerabilidad para niños y niñas. Sobretodo para quienes vivieron los horrores de las guerras mundiales. Su origen se ha vinculado también con la experiencia desarrollada en los hospitales, en los que muchos niñas y niños vivían en condiciones especiales. Las ludotecas fueron creadas para recrear y dar alegrías a la infancia y para promover espacios para la paz.
En América Latina las ludotecas fueron lideradas por mujeres que buscaban alternativas para solucionar los problemas de deserción escolar de sus hijos. También para solucionar problemas de adicciones en los jóvenes, como ocurrió en los casos de Colombia y Brasil, principalmente. Estas mujeres poco a poco fueron integrando esta experiencia al trabajo de líderes y lideresas comunitarias, y progresivamente, las ludotecas se han incorporado al sistema escolar en diferentes regiones de América Latina. En nuestro país se han desarrollado algunas experiencias en diferentes espacios de la ciudad capital y en otros lugares vinculados con entornos educativos y comunitarios.
Esta no fue una clase magistral. Nos llevamos nuestras muñecas, las nietas de Isabel Teresa y cada una de ellas habló sobre un tema diferente y contó su cuento sobre cómo había llegado a la familia y el significado que la ludoteca tenía en su vida. Las muñecas fueron los personajes que dirigieron la experiencia y hablaron sobre la importancia de tomar la palabra. Ellas dijeron que este es el primer logro significativo de toda mujer. Ejercer el derecho a la palabra les permitirá ser animadoras en la creación de la ludoteca en su comunidad.
Asistieron al encuentro 25 mujeres de diferentes edades, quienes nos contaron algunas historias, breves relatos de vida. Ellas también jugaron, descubrieron trabalenguas y juegos de palabras y conocieron palabras nuevas relacionadas con la experiencia lúdica. Cantaron, dramatizaron con adivinanzas, trabalenguas y retahilas. Conocieron la función lúdica de las expresiones cotidianas y se encontraron consigo mismas, a través de todas estas actividades, lo que les permitió tener un día diferente y comenzar a pensar en un nuevo proyecto para su comunidad: la creación de la ludoteca como un espacio para la promoción de la paz.