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Generar una visión compartida para construir la paz

Cuando se inicia la etapa de transformación de los conflictos es fundamental que cada actor que interviene en el proceso haga aportes sobre los objetivos hacia los cuales se quieren encaminar los esfuerzos, para que la visión compartida que resulte de la negociación y el diálogo para la construcción de paz represente en gran medida los intereses de todas las partes. De esta manera será más factible que el proceso llegue a buen término, porque las personas harán una fuerza común para el logro de esos objetivos que es mucho más poderosa que la simple suma de las partes. Sin una visión compartida, cada una de las partes podría fácilmente, una vez iniciado el proceso, tomar decisiones que los alejen de los objetivos comunes.

Además, el tener una visión compartida contribuye a que cada vez más individuos y organizaciones de la sociedad civil se sumen al esfuerzo de transformación del conflicto, pues se identifican con ese interés común que ha propiciado el inicio del proceso. Una visión compartida de futuro tiene una enorme potencialidad para generar consensos y avivar la participación  de las personas en los procesos de construcción de paz.

Generar una visión compartida permite aprovechar las capacidades y desarrollar las potencialidades con miras a construir la paz positiva en países que han atravesado emergencias humanitarias o conflictos armados. Este es un proceso que requiere de la voluntad para cristalizarlo, la apertura para aprender de las lecciones de procesos similares o de anteriores intentos para lograr la transformación, una actitud favorable hacia los cambios requeridos y la comprensión de que puede haber retrocesos en el camino que no significan el fin del proceso.

Además, la visión compartida debe entenderse como una ruta inacabada, que se va corrigiendo y enriqueciendo, en la medida que se va avanzando y se producen los necesarios reacomodos y se progresa en la generación de las infraestructuras de paz para transformar el conflicto.

Algunas de las áreas de oportunidad que puede contemplar una visión compartida son el promover una transformación productiva para satisfacer las necesidades de la población, fortalecer la institucionalidad democrática, definir políticas públicas inclusivas, pero por encima de ellas debe prevalecer el respeto a los derechos humanos, la justicia, el reconocimiento a las víctimas y la dignidad humana como bases fundamentales.

Es importante resaltar que la sociedad civil juega un importante papel en la construcción de esa visión compartida, como facilitadora de los diálogos y negociaciones, propiciando el acercamiento entre los diversos actores y en la generación de confianza, pero sobre todo para exigir respeto a la vida, integridad, dignidad y derechos de las personas, para promover la libertad, la justicia, la solidaridad, la tolerancia y el entendimiento y para formular y proponer alternativas para prevenir y transformar los conflictos violentos y destructivos en busca de la paz.

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