Las mujeres adultas mayores también son víctimas del femicidio, incluso pueden llegar a ser un grupo muy vulnerable. En este sentido, es necesario diferenciar y analizar de forma particular las causas y circunstancias asociadas al femicidio de este grupo de mujeres, y plantearnos ¿cuáles son los motivos por los cuales el agresor ha decidido arrebatarle la vida a una mujer adulta?, ¿la edad y/o la dependencia que conlleva la avanza edad es un factor a considerar o es que acaso estas mujeres mayores víctimas de femicidio han vivido una vida de violencia?
Observamos con preocupación en nuestro monitoreo de femicidio que, en comparación con la exploración realizada el primer cuatrimestre del 2020, en donde los casos de víctimas mayores de 60 años alcanzaron el 2.4% del total de nuestro registro, para el segundo cuatrimestre hubo un aumento significativo, y las víctimas de edad mayor alcanzaron el 18% del total del registro.
Es por ello que insistimos en la necesidad de abordar con especial atención los fenómenos que se encuentran asociados al femicidio y las víctimas adultas mayores y las razones por las cuales viene en ascendencia.
El femicidio y el hecho de que esto ocurra en las mujeres adultas mayores guarda una relación que no se puede dejar de lado. La discriminación que sufren las mujeres adultas mayores es de carácter multidimensional, en ocasiones basado en las normas culturales y sociales que permiten que los estereotipos y desigualdades de género se agraven y profundicen en las mujeres de mayor edad.
Los motivos que impulsan a agredir a este grupo de mujeres, las circunstancias bajo las cuales ocurre, las problemáticas económicas, el abandono, malos tratos, que aquejan a las mujeres de edad avanzada no son las mismas que en las mujeres adultas, jóvenes o adolescentes. Por tanto, el femicidio en este grupo de mujeres debe ser abordado con un enfoque particular.
En el caso de las mujeres adultas hay un factor adicional que suele atravesar este grupo de la población, y es que en muchas ocasiones tienen arraigado una cultura machista que les dificultad detectar la violencia y buscar ayuda temprana. Aún más en muchos casos estas mujeres ya han soportado muchísimos años de violencia.
En este sentido, es necesario generar conciencia sobre los derechos de las mujeres adultas mayores y su capacidad de empoderamiento. Abordar asuntos como su autonomía, sus derechos económicos, su participación en los asuntos de la comunidad, su contribución a la vida pública, es fundamental como política de prevención de este atroz delito.
Adicionalmente es necesario prestar una atención particular a la situación de las mujeres de la tercera edad desde un enfoque de protección basado en derechos humanos. Al respecto la recomendación general Nº 27 del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, ha sido enfático en la necesidad de informar a las mujeres de edad de sus derecho y los recursos de protección y prevención disponibles. Asimismo, se refiere a la necesidad de capacitar y sensibilizar a la policía, al poder judicial, a los servicios de asistencia y a las instituciones públicas en las cuestiones relativas a la edad y el género, y la forma en que ambos factores se vincula y afectan de manera desproporcionada en las mujeres de edad.
En definitiva, desde el Centro de Justicia y Paz insistimos en la necesidad de abordar el femicidio de las mujeres adultas mayores desde los fenómenos asociados al mismo. El estado de vulnerabilidad que de por sí enfrentan requiere de políticas de prevención específicas, y solo desde el análisis del femicidio con un enfoque particular y desde los fenómenos que se encuentran asociados al mismo, se puede lograr de manera efectiva prevenir que siga ocurriendo.
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