La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad”.
La exposición a circunstancias sociales, económicas, políticas y ambientales desfavorables, como la pobreza, la violencia, la desigualdad y el deterioro ambiental, aumenta el riesgo de sufrir afecciones de salud mental, pues
aunque las causas de los trastornos de ansiedad y depresión son múltiples y responden a características propias de cada persona, existen factores de riesgo en países que atraviesan emergencias humanitarias, como Venezuela, que pueden aumentar su aparición.
En países que enfrentan crisis humanitarias como Venezuela, el autocuidado, la salud mental y el manejo de las emociones son fundamentales para sobrellevar las difíciles condiciones de vida. La crisis económica, política y social en Venezuela ha llevado a un aumento del estrés, la ansiedad y la depresión en la población, especialmente en aquellos que han sido desplazados de sus hogares o que luchan por satisfacer sus necesidades básicas.
En primer lugar, el autocuidado es esencial para mantener una buena salud física y mental. En situaciones de crisis humanitarias, es fácil descuidar la propia salud en medio de las luchas por sobrevivir. En segundo lugar, la salud mental se ha convertido en una prioridad en los países que enfrentan este tipo de situaciones. En muchos casos, la falta de acceso a servicios de salud mental y la estigmatización de los problemas de salud mental pueden empeorar la situación. Por lo tanto, es importante que tanto el Estado, como las organizaciones internacionales presentes en Venezuela para brindar asistencia humanitaria a la población, trabajen para asegurar que las personas afectadas tengan acceso a servicios de salud mental gratuitos y de calidad.
El manejo de las emociones es fundamental en situaciones de crisis humanitarias. Las personas que enfrentan estas situaciones a menudo experimentan una amplia gama de emociones, como miedo, tristeza, ira y confusión. El manejo adecuado de estas emociones puede ayudar a las personas a enfrentar la crisis de manera más eficaz, reduciendo el estrés y mejorando su capacidad para tomar decisiones informadas.
A pesar de los desafíos, muchas personas en países han encontrado formas de sobrellevar la crisis y cuidar de su salud mental. La meditación, el yoga, los ejercicios de respiración y la terapia pueden ayudar a manejar el estrés y la ansiedad. Además, la creación de redes de apoyo y la participación en actividades comunitarias pueden ser una fuente importante de apoyo emocional. Son prácticas que pueden ayudar a las personas a sobrellevar la crisis y enfrentar el futuro con más resiliencia y esperanza.