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Del 23 de enero de 1958 al 23 de enero de 2019: el camino a la esperanza

Sesenta y un años después, Venezuela mira atrás y reflexiona sobre lo que significó el 23 de enero de 1958 para la democracia del país, tras el derrocamiento de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez.

En los actuales momentos, el 23 de enero tiene un nuevo desafío para mantener su valor histórico. La Venezuela de 2019 ciertamente es muy diferente a aquella de 1958. Las circunstancias políticas, económicas y sociales, tanto nacionales como internacionales son extremadamente distintas.

Por lo que el ambiente que enmarca esta celebración del 23 de enero se figura nuevamente como una ventana de oportunidades para el ejercicio de derechos en un contexto muy complejo, en la búsqueda de recuperar la democracia venezolana.

En este sentido, la histórica fecha parece tener hoy más que nunca cabida en la agenda de los venezolanos. Tomando en cuenta que la democracia venezolana ha atravesado distintas etapas desde su instauración, su consolidación, sus vicisitudes, quebrantamiento y su transformación en este nuevo siglo con la instauración de un régimen de facto.

¿Cuál es el significado del 23 de enero?

Revisar la historia democrática de nuestro país permite saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. El 23 de enero de 1958 representa un importante hito en la historia venezolana. Fue la manifestación de una sociedad civil organizada y encaminada hacia un mismo fin, luchar contra la opresión y la exclusión, en la búsqueda de la restauración del orden democrático iniciado en 1945.

Por lo que esta fecha está asociada indisolublemente al rescate de la democracia y a la derrota de la dictadura militar que gobernó al país desde 1948, dando paso al sufragio universal y a gobiernos civiles con separación de poderes e institucionalidad democrática. Su significación por tanto, está asociada a la lucha popular, la liberación democrática y la conquista de libertades ciudadanas.

En tal sentido, el 23 de enero está fuertemente arraigado en el imaginario colectivo de la población venezolana como expresión de la lucha en favor de la democracia. La cual consistió en el olvido de las diferencias de los partidos y grupos antagónicos, para crear una gran unidad y un programa de desarrollo y bienestar.

El Centro de Justicia y Paz (Cepaz), como organización de la sociedad civil que trabaja en la defensa de la democracia, la paz y los derechos humanos, y en el marco de la conmemoración del 23 de enero, convoca a la ciudadanía a ejercer su derecho a defender la democracia y la Constitución vigente, y a participar en la construcción del cambio político en nuestro país, articulados en una sola dirección y bajo una misma orientación que reúna los esfuerzos de las distintas plataformas políticas y sociales.

Entendiendo que el verdadero significado que recae en esta fecha histórica, es mantener  presente el espíritu que se originó luego del 23 de enero de 1958 tanto en la ciudadana como los actores políticos, el cual estuvo basado en la búsqueda del consenso y acuerdos de voluntad social, para negociaciones que permitieron superar la crisis democrática del momento.

A lo largo del año 58, la sociedad civil, los sindicatos, los estudiantes, los empresarios y los políticos de distintas tendencias hicieron un frente común en contra de movimientos militares que pretendían retomar el control del país. También se desarrollaron acuerdos sociales y un pacto de gobernabilidad entre los partidos. Ese proceso de acuerdo, de pacto, de negociación, se hace muy pertinente para el momento en el que vivimos.

Debemos rescatar ese sentido de unidad bajo una sociedad civil comprometida en edificar un futuro de paz, donde el consenso entre todos los sectores sociales permita la transición a la democracia y la reconciliación de todos los venezolanos, sin venganzas, sin amenazas ni persecuciones, pero sin olvidar a las víctimas de violaciones de derechos humanos. Apoyarlas en el proceso de reparación y creación de las condiciones para la búsqueda de la verdad, la reconstrucción de la memoria y la debida aplicación de justicia como precedente y garantía de no repetición.

Consideraciones finales  

Para finalizar esta reflexión, es importante comprender que la democracia no es sólo un sistema de gobierno sino una forma de vida, no se es demócrata simplemente por el ejercicio del voto, es fundamental internalizar sus valores y concientizar los beneficios que brinda.

Es necesario tener en cuenta que no bastan los deseos de cambio, sino que estos deben venir acompañados de acciones concretas bajo un liderazgo maduro y conciliador, apegado a lo establecido en la Constitución y las leyes internas.

Por otro lado, es importante señalar que al celebrarse sesenta y un años de esta histórica fecha, la nueva generación de líderes políticos tiene mucho que aprender del legado de los líderes civiles que, con sus errores y aciertos, dieron estabilidad democrática a Venezuela y le permitieron vivir bajo el manto de la libertad.

En este sentido, el 23 de enero habrá de significar también un acto de voluntad política negociadora. Lo más importante a subrayar  es la posibilidad de acuerdos convenidos entre fuerzas políticas heterogéneas y las cuales, por si fuera poco, traen consigo un largo historial de animosidades, desconfianza, recelo y pugnacidad. Recordando que la democracia no es un fenómeno extraño en la historia venezolana ni en su cultura, porque existe como una creencia cultivada por las generaciones del siglo XX. Es por ello que no hay razones para perder la esperanza.

Siendo indispensable que la sociedad civil asuma su compromiso y responsabilidad como agente de cambio en un camino complejo para la restaurar la República mediante su organización y participación en el ejercicio del derecho a tener una democracia, en combinación con un diálogo social y ciudadano, diverso y plural.

De esta manera, será posible restituir el Estado de derecho y que, en el ámbito de un proceso de transición y de renovación de los poderes públicos, se creen las condiciones necesarias para que en Venezuela se puedan celebrar unas elecciones generales libres, democráticas, transparentes, justas y equitativas para la construcción del cambio político de nuestro país, basado en la búsqueda de la paz, libertad y justicia para las futuras generaciones.