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ODS 9: Industria, innovación e infraestructura / ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles / ODS 12: Producción y consumo responsable

Más de la mitad de toda la población del planeta vive en zonas urbanas que requieren inversión en infraestructura. Estos espacios consumen mucha energía y generan gran cantidad de desechos, que incluyen alimentos que se desperdician a pesar de que todavía están aptos para el consumo.

El Programa de Naciones Unidas para el desarrollo estima que 4,5 mil millones de personas viven en ciudades. De ellas, 2.300 no tienen acceso a saneamiento básico y 2.6 mil millones no tienen acceso permanente a electricidad.  Además cada año se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos, mientras casi 2.000 millones de personas padecen hambre o desnutrición.

Los ODS 9, 11 y 12 y los derechos humanos

Para lograr ciudades y comunidades sostenibles son indispensables las  inversiones en infraestructura e innovación, así como una producción y consumo responsable, a los fines de alcanzar un crecimiento y desarrollo equitativo.

El transporte masivo de bajo consumo energético, y el uso de fuentes de energía renovable para atender las necesidades de las millones de personas que viven en zonas urbanas son fundamentales, así como la aplicación de nuevas tecnologías de información y comunicaciones para lograr ciudades que puedan afrontar las consecuencias del cambio climático.

Aunque las emisiones contaminantes se han reducido en muchos países en los últimos diez años y la disposición de los desechos ha mejorado sustancialmente, aumentando el reciclaje de materiales que antes eran considerados basura, la disminución no ha sido uniforme en todas las regiones del planeta y la huella ecológica, indicador del impacto ambiental producido por la demanda humana de los recursos existentes, está lejos de aminorar.

Este conjunto de factores vulneran el derecho a un medio ambiente sano y a contar con espacios inclusivos y seguros. Además, las limitaciones en materia de infraestructura, así como al acceso a nuevas tecnologías, afectan la productividad y reducen la cantidad de empleos que pudiesen estar disponibles.

Es imperativo fomentar el uso eficiente de los recursos y la energía, realizando un consumo consciente, para que la producción pueda satisfacer las necesidades de todos de manera equitativa. Todo ello se traduce en una mejor calidad de vida ya que al disminuir los costos económicos y ambientales, se pueden financiar planes para el desarrollo, incorporando nuevas tecnologías, aumentando la competitividad y reduciendo la pobreza.

¿Qué puedo hacer para ayudar a alcanzar los ODS 9, 11 y 12?

La contraloría ciudadana es clave para exigir a los Estados el desarrollo de infraestructuras sostenibles y de calidad, que garanticen el acceso asequible y equitativo para todos. Además, para verificar que los procesos de industrialización que sean emprendidos generen empleos para las comunidades donde están asentados.

El consumo responsable comienza en la casa. No solamente ahorrando energía y evitando las emisiones y vertimientos contaminantes, sino incrementando el reciclaje de materiales y la reutilización de aquellos que consideramos desechos.

Dona aquello que no necesites o no estés utilizando, en vez de echarlo a la basura. Utiliza bolsas ecológicas para hacer tus compras. No desincorpores de tu casa u oficina equipos electrónicos sin cerciorarte si algunos de sus componentes pueden ser reutilizados o reciclados.

Apoya a organizaciones que invierten en innovación e investigación para el desarrollo de tecnologías en países en desarrollo. Respalda a emprendedores que utilizan materiales reciclados.

Sensibiliza a las personas de tu comunidad acerca de la huella ecológica y organiza campañas de reciclaje con tus vecinos.  Compra alimentos a productores locales.

Hagamos que nuestro paso por el planeta deje un aporte positivo, impulsando el desarrollo con un uso más eficiente de los los recursos disponibles.