Ciento dieciocho artistas hicieron de un tramo del derribado Muro de Berlín una gran galería al aire libre, conocida como East Side Gallery. Esta sección, de 1.316 metros, contaba con 103 murales, algunos de los cuales han desaparecido producto de la vandalización y el desgaste.
El segmento que se conservó recibió el primer brochazo de manos de Thierry Noir. A él se le sumaron 117 artistas de más de 21 países. Estas prácticas artísticas sobre la estructura estaban antes vedadas. Una vez derribado el muro el 9 de noviembre de 1989, obras, autores y técnicas diferentes fueron conformando este espacio cultural. El proceso de intervención de los restos del Muro estaba motivado por la necesidad de expresarse de una comunidad ávida de ganar espacios, para mostrar así sus reflexiones sobre el momento histórico que se vivía en Berlín.
Pero por sobre todas las cosas, tanto la East Side Gallery, como cada segmento que se conserva del Muro nos recuerda un momento ominoso de la humanidad. Decenas de berlineses que intentaron cruzar el llamado muro de la infamia, murieron en el intento. Durante 28 años separó no solo la ciudad, sino a vidas con una historia común. Levantado en una sola noche, despedazó los sueños y esperanzas de los habitantes de Berlín.
No solamente la sección preservada e intervenida por artistas sirve de espacio para la recordación. A lo largo de la zona que ocupaba el Muro se encuentran pequeñas pequeñas placas. Estas conmemoran los intentos de escapar, los múltiples desalojos y las muertes. En total, se han logrado documentar 146 personas fallecidas intentando cruzar de un lado a otro. Otra placa, con fotografías de las víctimas, honra su memoria.
De esta manera la ciudad de Berlín construye memoria histórica, para no solamente visibilizar las violaciones a los derechos humanos, sino para exigir reparación para las víctimas y garantía de no repetición.
Memoria histórica
Preservar la memoria histórica en países que han estado inmersos en periodos de represión y graves crisis es imprescindible para la construcción de identidad. También es fundamental para alcanzar la reconciliación en sociedades divididas y enfrentadas.
El arte, plasmado en espacios como el Muro de Berlín, o en innumerables paredes intervenidas por artistas alrededor del mundo reclamando libertad, hace un llamado a las sociedades. Permite consolidar movimientos de transformación, dando una mirada crítica al pasado, impidiendo el olvido y evitando que hechos como los que posibilitaron la separación de la ciudad de Berlín vuelvan a repetirse.
Luego de derribada, la que una vez fue una tapia infranqueable, fue nuevamente erigida, pero esta vez por el arte, como un símbolo internacional de paz y de libertad.