Cada 21 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Paz, luego de que la Asamblea Nacional de las Naciones Unidas así lo estableciera como una forma de conmemorar y fortalecer los ideales de paz en cada nación.[1]
La paz es un derecho humano de todas las personas. Todas y todos tenemos derecho a una paz justa, sostenible y duradera, y esta no solo implica la ausencia de conflictos armados, internos o internacionales. La paz debe ser entendida como un concepto amplio que engloba múltiples derechos, entre ellos: ser educado en y para la paz; el derecho a la seguridad humana y a vivir en un entorno seguro y sano; el derecho a la resistencia contra la opresión de los regímenes que violan los derechos humanos; el derecho a exigir a todos los Estados un desarme general y completo; las libertades de pensamiento, opinión, expresión, conciencia y religión, el derecho a la justicia, a la verdad y a la reparación efectiva que asiste a las víctimas de violaciones de los derechos humanos, entre otros derechos.[2]
En el Día Internacional de la Paz, desde el Centro de Justicia y Paz (Cepaz), y como parte de las “12 Acciones por la Paz”, una iniciativa de Cepaz como un aporte para el Foro Cívico, queremos hacer especial mención a cómo las distintas expresiones artísticas se convierten en un instrumento de paz, particularmente en el entorno de crisis multidimensional que existe en Venezuela y que necesita del tejido social para la construcción de una paz sostenible en el país.
¿Cómo aporta el arte en la construcción de la paz?
El arte es una forma de comunicar, de transmitir ideas, sentimientos y emociones. El alcance social que puede tener el arte también lo convierte en una forma de generar espacios y alternativas para construir la paz, siendo éste muy valorable en un proceso de transición democrática hacia una paz sostenible.
El arte tiene la capacidad de transformar realidades, de insertarse en las dinámicas sociales y a través de las distintas formas de expresión comprender y resignificar las desavenencias. Nos permite encontrar identidades en común y facilitar procesos genuinos de cohesión social para relacionarnos sin prejuicios con el otro.
En Venezuela, en medio de la grave crisis, la emergencia humanitaria compleja que atraviesa el país y los efectos en la salud física y emocional que trae consigo la pandemia, el arte nos conecta con una forma creativa de continuar exigiendo nuestros derechos, además amplía nuestra capacidad de resiliencia en la desesperanza y la adversidad.
En definitiva, acercarse a los aspectos culturales y artísticos moviliza a una sociedad que necesita transformarse y construir una cultura de paz.
El arte como forma de reparación y justicia en la transición hacia la paz
El arte en un proceso de transición democrática tiene un rol muy importante, el arte crea memoria histórica a una población que se ha visto sumergida en un periodo de grave crisis, reconcilia a la sociedad y constituye una de las formas de reparar a las víctimas y a sus familiares ante las graves violaciones a sus derechos humanos.
El arte, como herramienta para la reparación simbólica en procesos de transición logra deshacer las lógicas de olvido e individualidad en las que suelen caer las sociedades en donde se perpetraron violaciones a derechos humanos, ampliando hacia la comunidad el dolor de las víctimas, a través de una mirada crítica de lo pasado que trasciende al futuro[3], en tal sentido que además de convertirse en un mecanismo de reparación, también crea memoria, evitando así la repetición de estos actos.
Finalmente, el arte termina siendo un constructor de paz luego de un complejo proceso de transición hacia la democracia.
¿Qué se necesita para que el arte se convierta en un medio de construcción de paz?
En primer lugar, es necesario reconocer el arte como un instrumento en la política capaz de transformar, de reconciliar y de integrar a una sociedad. A partir del reconocimiento de las distintas expresiones artísticas como instrumento de cambio es necesario que los artistas, organizaciones, la academia y activistas puedan contar con un financiamiento y cooperación para que promuevan y ejecuten el arte como una de las herramientas para alcanzar la paz. Se debe incorporar el arte en la planeación de políticas públicas basadas en la construcción de la paz, y finalmente se deben medir los resultados alcanzados.
Desde Cepaz, reconocemos y creemos en que las expresiones artísticas son un instrumento necesario para alcanzar la paz sostenible y transitar hacia una cultura democrática en Venezuela. Consideramos fundamental incorporar herramientas basadas en el arte para conciliar a la sociedad, resignificar momentos de graves crisis, crear una memoria histórica en la población, reparar, conmemorar y reconfortar desde los simbólico a las víctimas, evitar la repetición de lo ocurrido y prevenir la violación de derechos humanos.
[1] Consultar la resolución en: https://undocs.org/es/A/RES/36/67
[2] La paz es un derecho humano. Disponible en: https://www.unesco.org/archives/multimedia/document-2800
[3] Las reparaciones simbólicas en escenarios de justicia transicional. Disponible en: https://www.corteidh.or.cr/tablas/r27292.pdf