En la parroquia La Dolorita las mujeres están encargadas de cargar agua y de administrar los recursos disponibles para la satisfacción de las necesidades básicas en el hogar. Así como de cuidar de las hijas e hijos y las personas mayores, entre muchas otras labores no remuneradas. En muchos casos son además las únicas proveedoras de ingresos.
El tiempo que las mujeres dedican este trabajo no remunerado, se incrementa con la búsqueda de mejores opciones para alimentar a la familia. Situación que se complica con la disminuida capacidad de compra, producto de la crisis económica que atraviesa Venezuela.
Desde el Centro de Justicia y Paz (Cepaz) venimos impulsando desde hace casi cinco años el empoderamiento de las mujeres de la comunidad. Esto incluye el autoreconocimiento de sus capacidades para superar las adversidades.
Aprovechando recursos en La Dolorita
Como parte de este proceso, se han empeñado en aprovechar los recursos disponibles, como las semillas de los vegetales y frutas ya consumidas, y los espacios aptos para la agricultura cercanos a sus viviendas, con el objetivo de establecer huertos locales. Estos servirán para complementar el suministro de alimentos en los hogares.
Como parte de este proyecto, el equipo de Cepaz ha realizado diversas jornadas de capacitación. Con la facilitación de la ingeniera Yelmy Urrieta, las mujeres de La Dolorita han adquirido conocimientos sobre el uso de los suelos y la construcción de sistemas de riesgo. Así como también sobre la escogencia de los cultivos más aptos según los terrenos disponibles y las condiciones climáticas de la zona.
Estas mujeres, que no cesan en su empeño de cambiar su entorno, ya han sembrado las primeras semillas de verduras y hortalizas. A pesar de las fuertes lluvias, han podido incrementar las potencialidades de los terrenos pronunciados para diversificar las variedades sembradas.
Los conocimientos tradicionales de estas mujeres se complementan con los recién adquiridos, para un mejor aprovechamiento de los recursos. Potenciar el poder de los huertos locales como parte de su proceso de empoderamiento, contempla también un enfoque sostenible de la producción y el consumo de alimentos.