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Nuestro trabajo de empoderamiento en la parroquia “La Dolorita”

El empoderamiento (Shuler, 1997) es un proceso por medio del cual, las mujeres incrementan su capacidad de configurar sus propias vidas y su entorno; una evolución en la concientización de las mujeres sobre sí mismas y su estatus, y en su eficiencia en las relaciones sociales. De allí la importancia de los procesos cognitivos, psicológicos y económicos que subyacen al empoderamiento. Por ello, además de conocer los derechos de las mujeres y el ámbito político y sociocultural en el cual ellas se desenvuelven, necesario es reconocer que existen obstáculos que dificultan el cambio; y es lo que lleva al Centro de Justicia y Paz (Cepaz) a una reflexión crítica con miras a una acción transformadora.

Las mujeres de bases han reprimido su espacio de organización y se encuentran sin voz para expresar su realidad, necesidades y demandas. Las organizaciones de base que existen se encuentran sesgadas por un alto contenido político favorable al gobierno, donde la dependencia a acciones asistencialistas, así como, su activación en apoyo electoral al mismo, no las dotan de independencia ni de un auténtico ejercicio de derechos. Por lo que vemos entonces movimientos de mujeres que han desaparecido, quedando entonces organizaciones de mujeres donde solo han quedado las directivas de las organizaciones y otros movimientos que no son independientes ya que están subyugados por el poder. Frente a estos nos encontramos con una realidad compleja en un país que tiene una grave crisis social, política y económica y con la inexistencia de un movimiento organizado de mujeres que logre tener VOZ y visibilizar sus problemáticas frente al Estado, lo cual constituye un gran desafío para las mujeres organizadas y su capacidad de conducción para la preservación y profundización de la democracia.

¿Cuáles son las causas que generan la desigualdad de la mujer? Partimos por considerar que los asuntos de la igualdad de género no son parte sistemática de la agenda de los poderes públicos; aunados al hecho de que los planes diseñados para las mujeres, se hacen con absoluta subordinación a los intereses ideológicos del proyecto nacional. Además, las mujeres venezolanas que se encuentran en los sectores pobres son más vulnerables a que se les violente sus derechos.

A lo anteriormente señalado, es necesario sumarle la falta de conciencia de las mujeres sobre sus derechos y la necesidad de organizarse y articularse para exigirlos, que nos deja a una MUJER empobrecida, desarticulada y muy lejos de realizar acciones en reivindicación de sus derechos; por lo que la creación de un activismo ciudadano se convierte en un objetivo primordial para nuestra organización, para empoderarlas y mejorar su nivel de vida y el de sus familias. Por ello, estamos convencidos que dirigir acciones a promover y hacer velar los derechos de las mujeres víctimas de vejación, es el camino a transitar para lograr el reconocimiento de las propias mujeres de la situación en la que se encuentran, por lo que una vez internalizada, frente a la situación actual descrita, ellas mismas deben convertirse en voceras y promotoras de su propia lucha.

Del intercambio de experiencias de las propias mujeres que hacen vida en La Dolorita, en las reuniones con el equipo de Cepaz, se ha detectado un elevado nivel de violencia en contra de las mismas, situación favorecida por el desconocimiento de sus derechos concretos a vivir una vida de libre de violencia; falta de unión de las mujeres, por causa de la polarización que vive el país; embarazo adolescente; dificultades para acceder a espacios públicos o unidades educativas del Estado; delincuencia que atenta contra el derecho a la seguridad ciudadana; pobreza que se expresa en bajos ingresos, precariedad de servicios básicos, déficit en el acceso al derecho a la educación, salud y  alimentación; falta de valores familiares, así como, carencia de conocimientos sobre derechos; sumado a una extenuante labor de las madres en el cuidado de niños, ancianos y enfermos dentro del hogar.

Bajo ese prisma, Cepaz realiza una intervención en la parroquia La Dolorita, focalizada, por una parte, en generar y fortalecer agrupaciones de base de mujeres, en niveles locales, que con conciencia de sus derechos, puedan actuar de forma organizada para la exigencia de los derechos en los ámbitos donde viven. Por otra parte nuestra intervención busca generar un movimiento con voz propia,  esto es, a partir de la experiencia que vayamos ganando en la primera dimensión (creación y fortalecimiento de agrupaciones de mujeres de base, a nivel local)   convocar, progresivamente,  a organizaciones de mujeres que existen en el municipio Sucre del estado Miranda, que han resistido a las adversidades descritas, pero que se encuentran aisladas o dispersas, en vistas a ir dando reinicio a un movimiento de mujeres con voz propia y autónoma en defensa de los derechos de la mujer, primero de sus ámbitos respectivos, y desde allí, con incidencia progresiva.

Nuestro proyecto lleva por nombre “Acompañamiento, organización y fortalecimiento de agrupaciones de mujeres de base con enfoque de derechos humanos, en la parroquia La Dolorita del municipio Sucre del estado Miranda”. En él, identificamos tres tipos de destinatarios: equipos de mujeres animadoras-promotoras; agrupaciones zonales de mujeres de base; red de agrupaciones de base.

Nuestro objetivo de desarrollo es el surgimiento de un movimiento de mujeres con vocería propia que puedan hacer incidencia en políticas públicas a nivel local. Cónsono con lo anterior, hemos fijado como cambios deseables, justamente, que al final del proyecto las mujeres participantes en él, estén llamadas a adquirir la capacidad de diagnosticar la problemática, el reconocimiento de la realidad pública que viola sus derechos, y hacer visibles sus problemas. Igualmente, adquirir la capacidad de agrupación, de crear espacios permanentes de reuniones y rotación de la dirección; así como, que tengan la capacidad de identificar canales y procedimientos para la exigibilidad de derechos, y crecer en la responsabilidad y capacidad para sostener su propio proceso.

En busca de lo anterior, Cepaz ha realizado encuentros iniciales, conversatorios y acompañamientos para generar agenda y conformación de compromiso con las agrupaciones promotoras; ha desarrollado mesas de trabajo iniciales para realizar el diagnóstico de las principales situaciones violatorias de los derechos de mujeres; ha ejecutado la capacitación de agrupaciones en la exigencia y empoderamiento de sus derechos para ejercer vocería e incidencia; hemos realizado  una jornada de acompañamiento legal para documentación y denuncia de casos; hemos programado acompañamiento en experiencias de vocería con herramientas de comunicación, y próximamente,  asesoraremos la elaboración de propuestas de espacios de participación ciudadana en la incidencia en definición e implementación de políticas públicas en los derechos de las mujeres y la respectiva alianza de la sociedad civil  y agrupaciones de mujeres,  para una agenda de incidencia conjunta (Red de Mujeres por los Derechos Humanos).

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