Lección de paz: Etiopía


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Publicado el: 25 de septiembre de 2020

Ilustración: Daniel Hernández García

Etiopía ha pasado a lo largo de su historia por una sucesión de regímenes militares, innumerables revueltas internas, hambrunas, desplazamientos forzosos y pugnas de las diferentes etnias por el poder político.

La sociedad civil etíope no tuvo un crecimiento sostenido, debido principalmente a la represión y a los retos que implican la convivencia de más de 80 grupos étnicos, pero su participación en diversos periodos de protestas impulsó cambios importantes.

La llegada al poder de Abiy Ahmed sentó las bases para una conciliación. La inclusión de las mujeres en su gabinete de gobierno fue un paso decisivo para el logro de la paz. Sin embargo, aunque muchas leyes discriminatorias y represivas han sido derogadas, diversos grupos étnicos siguen protestando por la falta de control de sus tierras y por la desigualdad económica.

Contexto

En 1930 el emperador Haile Selassie llega al trono. Durante su mandato se produjo la ocupación italiana (1936-1941) del gobierno de Benito Mussolini. En 1962, Etiopía se anexionó la antigua Abisinia italiana (Eritrea) para tener acceso al mar. Sin embargo, los grupos de resistencia eritreos impidieron que Etiopía tuviese un control efectivo sobre los puertos.

En 1974 un golpe militar sacó del poder a Selassie, y en 1977 el país pasa a ser una República Popular, presidida por Megistu Haile Mariam. Este régimen contó con el apoyo de la Unión Soviética y tuvo que enfrentarse con importantes movimientos secesionistas en la provincia de Eritrea.

Durante su mandato se produjo una de las hambrunas más fuertes padecidas en Etiopía, producto de años de sequía y una mala administración de los recursos. En mayo de 1991 fue forzado a dimitir.

El gobierno fue tomado por el Frente Democrático Revolucionario de Etiopía (EPRDF) y Meles Zenawi, asumió la presidencia. Se realizó un referéndum supervisado por Naciones Unidas que en 1993 logró la independencia de Eritrea.

Las primeras elecciones multipartidistas, que habían sido ofrecidas por Zenawi a su llegada al poder, fueron boicoteadas por el Frente de Liberación Oromo (OLF) que exigía la independencia de esta provincia ubicada al oeste del país.

En 1994 se produjo una segunda hambruna en Etiopía que dejó un saldo de miles de personas fallecidas en el distrito de Wolayata, al sur del país. Una nueva convocatoria a elecciones fue nuevamente boicoteada por la oposición.

El gobierno saliente de Negasso Gidada promulgó una nueva Constitución, dotando a Etiopía de una estructura federal y además designó como presidente al anterior mandatario Meles Zenawi. El gabinete de ministros estaba integrado por representantes de los principales grupos étnicos del país. El país adoptó el nombre de República Federal Democrática de Etiopía, y se constituyó como la federación de las Naciones, Nacionalidades y Pueblos de Etiopía, integrada por nueve estados con diferente composición étnica y derecho a la autodeterminación.

La transición a la democracia no fue completa en Etiopía, a pesar de las múltiples elecciones. Tanto los partidos de oposición, como los medios y las organizaciones de la sociedad civil, fueron objeto de persecuciones y la represión causó cientos de detenciones, asesinatos y la pérdida de las libertades.

El gobierno encabezado por Hailemariam Desalegn no pudo resolver las profundas desigualdades existentes. Para complicar aún más la difícil situación del país, entre 1998 y 2000 se produjo una guerra entre Etiopía y Eritrea. Los conflictos étnicos y los constantes enfrentamientos sociales impulsaron su renuncia.

Abiy Ahmed (tribu Oromo) fue el sucesor de Hailemariam Desalegn. Con su gobierno disminuye la represión y se sientan las bases para una conciliación, con el levantamiento del estado de emergencia y la liberación de presos políticos. Las reformas que implementó fueron fundamentales para poner fin al conflicto fronterizo con Eritrea, tras más de 20 años.

Participación de las mujeres en el proceso de paz

La inclusión de las mujeres en el gabinete de gobierno de Ahmed fue un paso decisivo para el logro de la paz. La mitad de todos los puestos ministeriales estaban ocupados por mujeres, incluyendo el Ministerio de la Defensa, ocupado por Aisha Mohammed. También se creó por primera vez un Ministerio de Paz. Por estos esfuerzos para alcanzar la paz Ahmed recibió el Premio Nobel.

Las diversas reformas internas contribuyeron a la transición política y a una apertura de los espacios para la participación de la sociedad civil. Sin embargo, aunque muchas leyes discriminatorias y represivas han sido derogadas, la necesidad de mayores libertades ha impulsado nuevas protestas de diversos grupos étnicos por la falta de control de sus tierras y por la desigualdad económica. Las organizaciones de la sociedad civil siguen trabajando en la construcción de la democracia en Etiopía.

Servicio de Información Pública InfoPublicaVe · Lecciones de paz: Etiopia

 


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