El pasado 24 de junio, Aliadas en Cadena, junto al Centro de Justicia y Paz (Cepaz), realizó un taller enfocado en la violencia contra la mujer, facilitado por Jany Joplin González, integrante del equipo de Género de Cepaz.
Este espacio de reflexión fue propicio para conocer conceptos y situaciones que giran alrededor de la violencia contra la mujer, incluyendo el femicidio como la máxima expresión de la violencia de género, así como la importancia de la activación de la denuncia como forma de intervención sobre la violencia.
La facilitadora se paseó por conceptos como el micromachismo, siendo este expresado en sutiles maniobras y estrategias del ejercicio de poder de dominio masculino en lo cotidiano, para el intento de imposición de intenciones, deseos y razones en las mujeres. Las participantes expresaron diversos ejemplos sobre los micromachismos en la vida diaria.
Escalada de violencia
La violencia de género afecta a las mujeres, constituyendo un atentado contra la dignidad, la libertad y la integridad de las mismas, independientemente del ambiente en el que ocurra. Es un acto violento basado en una relación de desigualdad de poder, teniendo como consecuencias daños físicos, sexuales y psicológicos.
Este es un comportamiento aprendido, que tiene sus raíces en la cultura patriarcal, su estructura, la existencia de un desequilibrio de poder, formas de control y posiciones de desventaja social frente a los hombres. La escalada de violencia comienza con abusos psicológicos por parte del agresor, disimulando acciones de cuidado y protección, así como en conductas restrictivas como el control de los horarios, salidas, amistades, uso de la ropa, entre otros, siendo la antesala al maltrato físico.
La violencia contra la mujer es necesario atenderla con urgencia, ya que es una forma de discriminación que vulnera los derechos humanos de las mujeres. Se estima que un 35% de las mujeres alrededor del mundo han sufrido violencia sexual o física por parte de su pareja. La violencia contra la mujer eleva los índices de posibilidad de parto prematuro, aborto inducido, depresión e infecciones de trasmisión sexual.
Al examinar los femicidios en el año 2017, se determinó que en un 58.6% fueron cometidos por la pareja; el 18.7% fueron familiares directos y en 7.7% de los casos los perpetradores fueron las parejas anteriores. El femicidio es el final de un ciclo de agresiones que comienza con la violencia psicológica. De las 166 víctimas documentadas de femicidios realizados en 2019, solo 5 hicieron denuncias de violencia ante organismos del Estado.
Monitoreo de femicidios
Cepaz realizó, en el año 2020, una investigación sobre los femicidios ocurridos desde el 01 de enero hasta el 13 de marzo de 2020. El estudio refleja que hubo, en promedio, un femicidio cada 36 horas. Es decir, 85 mujeres fueron asesinadas, quedando huérfanos 21 niños y niñas, que en 6 de los casos presenciaron el acto atroz.
De ellas, 40 mujeres fueron asesinadas en sus casas; 8/85 víctimas tenían menos de 10 años; de las cuales 2/8 presentaron signos de lesiones genitales y paragenitales. Una situación realmente alarmante, indicó Jany Joplin.
Al estar frente a una mujer que no denuncia, se realizan cuestionamientos. Pero es necesario recordar que tras la agresión su autoestima se encuentra en un nivel muy bajo. Tiene miedo a que los hechos se repitan. Y vergüenza sobre lo que dirán. Es por ello que es necesario entender que los motivos para no denunciar son personales de cada una de las víctimas.
Destacó que es necesario que las organizaciones y personas que brindan atención estén preparadas para brindar el apoyo necesario a la víctima. Ya que la denuncia es un elemento imprescindible para erradicar la violencia. La escucha debe hacerse con lazos de sororidad, para fortalecer a las víctimas y que pueda hacer frente a lo ocurrido.