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Derechos humanos de las poblaciones más vulnerables

Orígenes

 “El mundo se ha convertido en un lugar peligroso”. Así lo considera Amnistía Internacional dado que los líderes mundiales muestran poca disposición de defender los derechos humanos en la escena mundial. Los crímenes de lesa humanidad, los crímenes de guerra, las limpiezas étnicas, el clima de odio promovidos desde los Estados y las amenazas que pesan sobre las poblaciones más vulnerables tales como indígenas y miembros de la comunidad LGBTI, entre otros, siguen siendo temas de urgente discusión.

Millones de personas se desplazan por el mundo entero en busca de refugios, algo de alimentos, agua potable y atención médica. En definitiva, en busca de paz. El descontento social crece cada día más porque los derechos humanos de los ciudadanos son vulnerados día a día, en consecuencia, se requieren líderes no solo preparados política y académicamente sino poseedores de una alta dosis de sensibilidad humana.

Todos los seres humanos tienen derecho a la vida, a la integridad personal, a no ser esclavos, a la personalidad jurídica, a la protección de la familia, a gozar de igualdad ante la ley, a su libertad personal, de conciencia, de religión y a expresarse libremente.

También tiene derecho a una identidad, a la protección de su honor y a la dignidad personal, a la inviolabilidad de su domicilio, a la maternidad e infancia, a la seguridad social, a vivir en un ambiente saludable, a tener calidad de vida, al asilo y a la propiedad. Todo esto es el ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades. Así lo recoge el Acta Constitutiva de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, vigente desde el 10 de diciembre de 1948.

Derechos de las poblaciones más vulnerables y migración

Las mujeres, los niños y adolescentes, las personas con discapacidad, la diversidad sexual, los pueblos originarios y los afrodescendientes siguen encabezando los grupos de personas más discriminados en el mundo entero. Muchos se ven obligados a abandonar sus hogares, sus países y hasta sus continentes en busca de refugio y mejores condiciones de vida. Aún así muchas veces siguen siendo discriminados, señalados, maltratados y vejados.

Todo migrante vulnerable tiene derecho a la protección y asistencia requerida por la condición y el estado del migrante, y a tratamiento que tenga en cuenta las necesidades especiales del migrante.

Ser migrantes los conlleva a no tener acceso a la salud, a no poderse comunicar por la diferencia de idiomas, a ser víctimas de esclavitud o abusos sexuales. La única manera de evitar esta situación es promoviendo desde los Estados, las Organizaciones No Gubernamentales, las empresas privadas, la sociedad civil y las academias mensajes de tolerancia y aceptación.

Todos los seres humanos tenemos derechos consagrados en tratados internacionales que deben ser respetados y ejercidos por todos sin ningún tipo de discriminación. Los Estados deben garantizar la igualdad de derechos humanos para los grupos de población, que por condiciones de raza, género, salud, discapacidad u otra razón se vean disminuidos o en peligro.

Todos somos iguales ante la ley y nuestros derechos humanos deben ser respetados.

Los Estados están obligados a facilitar los mecanismos de ayuda e integración social. Los pueblos indígenas siguen siendo los grupos humanos más vulnerables y marginados del mundo. Quienes nacen en el seno de una comunidad indígena tienen las más altas probabilidades de vivir en una situación de pobreza extrema.

Los últimos estudios realizados por Amnistía Internacional indican que 1 de cada 3 niños que nace en estas comunidades viven en condiciones muy precarias durante los años más importantes de su desarrollo tanto físico como mental en comparación a cualquier otro ser humano. Pertenecer a estas comunidades y además ser mujer incrementa aún más la vulnerabilidad.

Es por esta razón que estas poblaciones actúan como “guardianes” de las tierras que habitan porque al perderlas quedan prácticamente a la intemperie. En países como Brasil, Canadá, México, Perú, Venezuela y Colombia aún hay una fuerte presencia de población indígena, pero la inacción de los Estados ha generado un vacío de poder que permite la presencia de ocupantes extranjeros que explotan sus riquezas. Todo lo que necesitan es protección y reconocimientos de sus derechos ancestrales.

¡Discriminar, perseguir y no reconocer los derechos de las poblaciones vulnerables atenta contra la la paz!