El derecho de las mujeres a tener una vida sin violencia es uno de los más importantes logros de los últimos tiempos en materia de derechos humanos.
Movimientos feministas del mundo entero han logrado que los Parlamentos de sus países asuman el debate y visibilicen la imperante necesidad de hablar del tema a pesar del machismo que aún impera en las sociedades modernas.
Las mujeres migrantes
Los derechos de las mujeres no tienen frontera. Sin embargo la violencia hacia ellas aumenta considerablemente en contextos de movilidad humana.
Este tipo de violencia comienza, incluso, desde el mismo momento que la mujer decide migrar. En sus hogares subestiman que lo haga y muchas veces decide abandonar su casa porque hay alguien allí dentro que violenta su existencia.
Cuando una mujer se encuentra de tránsito casi siempre es víctimas de retención por parte de autoridades migratorias o por miembros del crimen organizado. Al llegar al lugar de destino, por lo general, no encuentra trabajo o se ve en la obligación de aceptar uno donde el pago está muy por debajo de lo que establece la ley.
No solo los hombres cometen hechos violentos concretos hacia las mujeres migrantes; también las personas jurídicas lo hacen, las instituciones y los Estados u organizaciones legales. Por eso resulta muy importante identificar al victimario y tratar de tomar los correctivos.
Las víctimas de violencia de género
La migración es un fenómeno reciente en Venezuela. Muchas mujeres han decidido buscar una mejor calidad de vida en otro país. Un número importante de ellas ha sido víctima de hechos de violencia, tanto, que hasta marzo 2018, se había contabilizado la muerte de 15 de ellas.
Wendy Bandera, Andreína Escalona y Kenny Finol; Keyra López, Génesis Jaimes y Romina Peraza; así como Lorena Cardozo y Dionny Lozada, entre muchas otras, son algunas víctimas fatales de la violencia de género. Abandonaron su país de origen, Venezuela, con la aspiración de conseguir mejores oportunidades de trabajo, pero el destino las sorprendió. Varias, incluso, han sido asesinadas por sus esposos.
La prensa internacional ha reseñado con detalles cada uno de los casos y en Venezuela se ha realizado con la alarma debida. Estas muertes dejan devastadas a los familiares de las víctimas puesto que muy pocos logran recuperar el cuerpo sin vida de la occisa. Muchas de ellas dejan hijos huérfanos que quedan a la intemperie o bajo el cuidado de personas adultas mayores. Se reproduce entonces un esquema de pobreza que impacta negativamente en el desarrollo del país.
Femicidio como delito en Venezuela
En abril de 2007 la Asamblea Nacional de Venezuela sancionó la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. El instrumento tiene como objeto garantizar y promover el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, creando condiciones para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.
Luego, en el 2014 el instrumento fue reformado para incluir el feminicidio como delito. Ambos momentos han sido considerados como un avance muy positivo puesto que el país sudamericano pasó a formar parte de los pocos países latinoamericanos que ya consideran el homicidio de una mujer como un delito, sin embargo esto no ha logrado disminuir los casos que se registran dentro y mucho menos fuera del territorio venezolano.
Según investigaciones realizadas por el Comité de Familiares de las Víctimas de los sucesos ocurridos el 27 de febrero de 1.989 (Cofavic) cuando se llevan a cabo protestas en la calle la mujer también es víctima de violencia por parte de efectivos policiales y militares. Durante las protestas del año 2017 las Organizaciones No Gubernamentales lograron registrar un sin número de casos en los cuales las mujeres eran no solo arrastradas por el pavimento, sino detenidas y sometidas a juicios militares.
Violencia contra las mujeres
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha usado el color naranja para identificar las campañas que realiza cada 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en pro de defender el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.
Los día 25 de cada mes la Red Naranja Venezuela hace visible el derecho de las mujeres a vivir sin violencia. En cada campaña logran movilizar a millones de personas para denunciar las diversas formas de violencia que niñas y mujeres sufren todos los días en todas partes del mundo.
Este año no será diferente, la campaña estará dedicada a todas esas mujeres venezolanas que decidieron o se vieron en la obligación de migrar.
Las mujeres migrantes tienen derechos. Hacemos un llamado a respetar su derecho a la vida y a la integridad personal; a tener garantías judiciales, a no ser esclavas y a poder expresarse libremente. Todo contemplado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, promulgada el 10 de diciembre de 1948.
Irrespetar a las mujeres migrantes es violentar los derechos humanos de una población mundialmente vulnerable.
¡Sin respeto no hay educación y prosperidad, es decir, no hay paz!