De la existencia de registros detallados y estadísticas depende, en gran medida, la comprensión de los femicidios y los fenómenos asociados a este delito, pues estos datos permiten identificar las características de la víctima, el victimario y el entorno, establecer la relación entre ellos, las posibles motivaciones e incluso las pautas de comportamiento, con miras no solo de evaluar la situación de la violencia contra las mujeres, sino de plantear las políticas preventivas idóneas.
El Estado venezolano no presenta estadísticas públicas en materia de violencias contra la mujer desde el año 2016. La falta de estadísticas género sensitivas en nuestro país dejó al descubierto la imposibilidad del Estado de liderar una actuación institucional y coordinada en materia de prevención de la violencia de género durante la emergencia generada por el COVID-19, que ha incrementado, en todo el mundo, los índices de violencia contra mujeres y niñas.
Deuda del Estado venezolano
El 26 de noviembre de este año 2020, el Fiscal General de la República Bolivariana de Venezuela, a través de la cuenta de Twitter del Ministerio Público, atendió en un mensaje el reclamo de la falta de estadísticas que han enarbolado los diversos movimientos de mujeres en los últimos meses, aportando algún tipo de información basada en el registro de causas ingresadas ante esta institución. Señaló el fiscal en el mencionado mensaje:
“Tarek William Saab: Con respecto al delito de femicidio, este año ingresaron 185 causas, entre femicidios consumados y femicidios frustrados. En total se han privado de libertad 167 personas por este delito y se han logrado 26 sentencias condenatorias”.
Esta respuesta lamentablemente no es suficiente. Se limita a mencionar las denuncias recibidas, las privativas acordadas y las sentencias dictadas en un año. No revelan los niveles de violencia, sino los niveles de recepción de denuncia y dos criterios de registro. Y tampoco son suficientes para considerarlos indicadores sobre la respuesta del Estado ante la violencia contra la mujer. No deja saber, por ejemplo, si las 26 sentencias condenatorias que refiere el Ministerio Público están vinculadas a alguno de estas 185 causas abiertas este mismo año, o por el contrario, se trata de causas iniciadas en años anteriores. Tampoco deja apreciar el grado de efectividad de la gestión del Ministerio Público sobre esas 26 sentencias condenatorias obtenidas, ya que no tienen cifra de fondo para contrastarlo; por ejemplo, no señalan si se trata 26 condenatorias sobre 26 juicios culminados, o si se trata de 26 condenatorias frente a 159 absolutorias de las 185 denuncias recibidas.
Tras la tipificación del delito de femicidio, lo cual ocurrió en la reforma de la ley especial de la materia en el año 2014, la calidad de los datos al respecto no se incrementó como era de esperarse, por el contrario, descendieron y empeoraron, hecho que coloca a Venezuela entre el grupo de países de la región con mayores deficiencias y debilidades en lo que refiere la sistematización y presentación de la información relativa a los femicidios.
Las organizaciones de la sociedad civil aspiramos que desde el Estado se promueva la investigación, se recojan datos y se compilen estadísticas no solo sobre ingresos de documentos (que de por sí, no agota cumplir la obligación de ofrecer acceso a la justicia), sino sobre la violencia contra la mujer como fenómeno social; y se fomenten las investigaciones sobre sus causas y consecuencias.
Anhelamos además, la reunión sistemática de datos, desglosados por categorías y su publicación periódica con la debida explicación de la metodología aplicada. Interesaría reunir sistemáticamente antecedentes biográficos elementales; la vinculación entre las víctimas y los autores de la violencia; los contextos en que tiene lugar la violencia contra la mujer; la denuncia y la búsqueda de ayuda, y los inconvenientes para ello; los modos de daño y sus derivaciones.
Monitoreo de femicidios del 14 de junio al 13 de noviembre de 2020
Del 14 de junio al 13 de noviembre, ambos 2020, lapso que se corresponde con los meses del cuarto al octavo mes de la pandemia, los medios de comunicación digital reflejaron 103 casos de femicidios.
Primeros datos que impactan:
- Desde el 14 de junio hasta el 13 de noviembre de 2020, hubo en promedio, un femicidio cada 28 horas.
- En total, 41 niños y niñas quedaron huérfanos.
- 6 niños y niñas presenciaron el femicidio de su madre.
- En el 56,3% de los casos los hechos ocurrieron en la casa de la mujer o en la casa de ambos, es decir, en el lugar que se supone debe ser el más seguro.
- De las 11 niñas menores de 12 años víctimas de femicidio, 5 de ella sufrieron abuso sexual; y las otras 6 niñas murieron por violencia física. 8 de estas 11 niñas fueron asesinadas por un miembro de la misma familia.
- Desde el 14 de junio hasta el 13 de noviembre de 2020, hubo en promedio, un femicidio infantil cada 10 días.
Caracterización de las víctimas en el monitoreo
- El 99,9 % de las víctimas, eran de nacionalidad venezolana.
- El 45,7% de los casos la víctima estaba en edades comprendidas entre 23 a 43 años.
- El 11,8% en edades del 64 a 80 años.
- El 21,4 % de las mujeres víctimas de femicidios eran madres.
- 4 de las víctimas estaban embarazadas; 3 murieron estranguladas, la otra quemada.
Caracterización de los agresores en el monitoreo
- En el 78,6% de los casos el agresor es venezolano.
- La mayor incidencia de los casos refleja una edad de los agresores femicidas comprendida entre 19 a 22 años de edad, equivalente al 31,2% de los femicidios analizados.
- En los 8 casos donde logró determinarse que el agresor era un funcionario policial o militar; 2 de ellos cometieron los femicidios por medio del uso de arma de fuego de reglamento.
- El 45,6% de los agresores fueron aprehendidos.
- En el 34% de los casos, los agresores están en fuga.
- En el 3,9% de los casos, el agresor muere por enfrentamiento policial.
- Luego de haber cometido el femicidio, 8 agresores se suicidaron; 2 de ellos eran funcionarios policiales o militares.
Vínculo relacional
- En el 31,1% de los casos las mujeres tenían o habían tenido convivencia con sus agresores, bien sea por matrimonio o por unión de hecho.
- En el 21,4% de los casos analizados, los agresores eran miembros de la misma familia (padres, tíos, hermanos, primos).
- En el 20 % de los casos no pudo establecerse el vínculo con el agresor femicida, aunado al hecho que en la mayoría de los casos se desconoce la identidad de los mismos.
Motivación, modus operandi, incluyendo violencias ante y post-mortem y contexto del femicidio
- La mayor incidencia de los casos, en cuanto a la motivación aparente del femicidio, aparece con el 16,5% donde se aprecia un desprecio y aprovechamiento de la condición vulnerable.
- Seguido de 14,6% ataque sexual.
- 12,6% violencia física sistemática.
- Casos que permiten la inferencia del móvil de venganza 11,7%.
- 9 ofensores se suicidaron, en 3 de esos casos, la motivación del agresor estuvo vinculada a sus celos. En otro caso se hace mención a un cuadro de infidelidad íntima, y en otro caso, precede al suicidio un ataque sexual.
- En el 4,9% de los casos las acciones constitutivas para ejecutar el delito de femicidio quedaron en grado de frustración.
Relación mes/ estado
- Del 14 de junio al 13 de noviembre las cuatro regiones más destacadas son Distrito Capital con el 15.5% de los casos; el estado Miranda con el 10.7%; Carabobo con el 9,7% y Anzoátegui con el 8.7% de los casos.
Signos de violencia y causas de la muerte
- El 23,3% de las víctimas muere a causa de los golpes que recibe.
- En el 20,4 % de los casos analizados los signos de violencia sobre el cuerpo de las víctimas de femicidios vienen representados por herida de arma de fuego. Más de la mitad de los casos de femicidios donde las mujeres son baleadas, ocurrieron en el ámbito privado.
- 11,7% de las víctimas presenta signos de estrangulamiento y mueren asfixiadas.
- 10,7% signos de acuchillamiento múltiples.
- El arma de fuego fue utilizada en el 21.4% de los casos analizados.
- En esta oportunidad el repunte ocurrió para un 34% en la utilización de la propia mano (estrangulamiento, golpes).
Denuncia previa
- En el 98% de los casos analizados no se hace referencia a la concreta formulación de denuncia previa por parte de la víctima.
Factores de riesgo
- En el 4,95% de los casos, aparece como factor de riesgo los antecedentes de acoso y hostigamiento.
- En el 6,8% de los casos están los antecedentes de amenazas o daños físicos.
- En un 13,6% aparece como factor de riesgo presente en los casos analizados la ocurrencia en comunidades vulnerables en las que existen altos niveles de pobreza, de delincuencia y de problemáticas sociales.
Testigos presenciales
- En 18,4% de los casos familiares y/o conocidos de la víctima presenciaron su femicidio. En otro 9,7% de los casos estos testigos eran transeúntes.
- En el 67 % de los casos no hubo testigos identificados. De los 69 casos donde no se tiene información sobre si existieron o no testigos presenciales, 42 ocurrieron en el ámbito privado.
Muertes de mujeres venezolanas en el exterior
Del 14 de junio al 13 de noviembre del 2020, tenemos:
- Mes de ocurrencia: Desde el cuarto al octavo mes de la cuarentena 28 venezolanas en el exterior fueron víctimas de femicidios. El 57,2% de estos casos ocurrieron entre agosto y septiembre. En promedio, ocurre en el exterior el femicidio de una mujer venezolana cada 4 días.
- Lugar de ocurrencia: El 67,7% de los femicidios de venezolanas en el exterior ocurrieron en Colombia. Seguidos de un 10,7%, de casos ocurridos en Perú.
- Edad de la víctima: El 25% estaba entre 19 y 22 años de edad; el 21,4% tenía edades comprendidas entre 23 y 27 años. El 10,7% estaba entre 28 a 31 años. Ahora bien, tenemos que el 60.7% de las víctimas de femicidios en el exterior eran menores de 31 años de edad. (17 mujeres). De los 17 casos donde las víctimas de femicidio eran menores de 31 años, 13 ocurrieron en Colombia.
- Nacionalidad del agresor: Se logró establecer que en 14.3% de los casos el agresor era venezolano.
- Aparente motivación del agresor: En el 10,7% de los casos el femicidio vino precedido de escena de celos; en un 17,9% el contexto describe móvil de venganza. El 17,9% son casos motivados por la violencia física sistemática.
- Signos de violencia sobre el cuerpo: En el 32,1% de los casos las víctimas presentan herida de bala como signo de violencia en sus cuerpos; otro 32,1% de los casos atiende a mutilaciones, descuartizamientos o acuchillamientos.
- Causa de la muerte: El 42,9% de las víctimas mueren por herida de bala. El 32,1% acuchilladas.
- Agresor vinculado a delincuencia organizada: En 17,9% de los casos el agresor estaba vinculado a la delincuencia organizada.
- Presencia de armas: En el 42,9% de los casos analizados estuvo presente un arma de fuego; en otro 32,1% armas punzo penetrantes.
- Femicidio frustrado: Desde el cuarto al octavo mes de la cuarentena, hubo un femicidio frustrado.
- Aprehensión del agresor femicida: El 46,4% de los agresores no han sido aprehendidos. 4 agresores han muerto en el contexto de los hechos.
- Victimas madres: El 25% de las mujeres víctimas de violencia eran madres.
- Número de huérfanos: En total quedaron 9 niños venezolanos huérfanos por el femicidio de sus madres.
- Hijos que presenciaron el femicidio de sus madres: Dos niños venezolanos presenciaron el femicidio de sus madres.
- Victima embarazada: Dos de las víctimas estaban embarazadas.
- Suicidio del agresor: Puede establecerse que los 4 agresores que han fallecido en el contexto de los hechos se han suicidado. Otro lo intentó y no lo logró.
- Relación entre víctima y agresor: En el 32.1% de los casos entre víctima y agresor existía una relación de convivencia íntima, matrimonio, u unión de hecho. El 7,1% era miembro de la misma familia. En el 28,6% no existía ningún tipo de relación entre víctima y agresor.
- Si el hecho estuvo atravesado por un contexto de violencia sexual: En 7,2% de los casos.
- Factores de riesgo: En el 32,1% de los casos se aprecia como factor de riesgo que el hecho ocurre en comunidades vulnerables en las que existen altos niveles de pobreza, de delincuencia y de problemáticas sociales.
Fenómenos asociados
Cepaz ha planteado la necesidad de profundizar y explorar bajo la perspectiva de género, los alcances, conexiones e intercambios de diversos fenómenos asociados a los femicidios ocurridos en Venezuela, haciendo principalmente hincapié sobre los siguientes, incluso en su campaña de prevención institucional:
- Femicidios y los hijos e hijas huérfanos (niños, niñas y adolescentes) de las mujeres víctimas; (victimización colateral, dónde están, quiénes son, secuelas emocionales, revisiones de marcos normativos, propuestas).
- Femicidios y el suicidio inmediato del ofensor, y sus problemáticas implícitas (arrepentimiento o suicidio ampliado);
- Femicidios y víctimas adultas mayores; ¿vivieron una vida de violencia? Vulnerabilidad y naturalización; quiénes suelen ser sus ofensores; motivaciones.
- Femicidios y consumo problemático de sustancias psicoactivas; experiencias individuales y colectivas relacionadas con uso de drogas, violencia y comportamiento de riesgo.
- Femicidios y mujer lesbiana o mujer transgénero, transfemicidio /travesticidio: múltiples exclusiones a los espacios de sociabilidad; condiciones estructurales de vulnerabilidad.
- Femicidios y la denuncia previa como factor de riesgo del femicidio (entramado emocional que supone la ruptura de una relación de pareja en la que se presentan situaciones de violencia y la realidad de las medidas de protección en la normativa venezolana).
- Femicidios y armas de fuego cortas (¿políticas de control con perspectiva de género?)
- Femicidios y el funcionario policial o militar como autor material o intelectual (resguardar armas de reglamento en los hogares; el estado policial)
- Femicidios y delincuencia organizada (inscripciones y signos de violencia sobre el cuerpo de mujer; mensajes implícitos de poder)
- Femicidios y medios de comunicación (forma, contenidos y lenguajes claros y sin estereotipos o prejuicios; análisis de la información)
Ahora, nuestra invitación a profundizar esos espacios de exploración está más firme que nunca; sobre todo al observar con preocupación los matices que giran alrededor de los fenómenos asociados al femicidio que emergen en este monitoreo.
Destacaremos situaciones sobre las que es necesario profundizar la comprensión del fenómeno del femicidio:
Agresores adolescentes en la violencia femicida: Se aprecia la participación de adolescentes que transgreden de forma repetida normas sociales y con ello expresan tensiones con quienes representan la ley (padres, abuelos, tíos, maestros, etc.), mostrando en los hechos conductas agresivas, actos delincuenciales y acciones impulsivas, hasta la máxima expresión de violencia basada en género, por lo que se pretende comience a realizarse una aproximación sobre sus características sociodemográficas, físicas, familiares, antecedentes delictivos y reacciones posteriores al femicidio y a las razones que inducen y facilitan la comisión de éste comportamiento.
Feminicidio infantil: En el lapso desde el 14 de junio al 13 de noviembre, se incrementaron los asesinatos de niñas menores de edad, no solo por abuso sexual (6 casos) sino que está aumentando el margen de casos por violencia física (6 casos), constituyéndose en una de las caras más crueles que surgen del confinamiento y que se ve obstaculizada su prevención con ocasión a la restricción de movilidad ante el COVID19.
Participación de varios agresores en el hecho: Siete casos han reflejado la participan grupal de los agresores en el femicidio; 2 de ellos, ejecutados por grupos de delincuencia organizada bajo la figura de sicariato. También hubo 5 casos de agresiones grupales para violencia sexual femicida.
A diferencia del delito sexual cometido por un único individuo, el delito sexual cometido en grupo puede estar muy influido por la dinámica del propio grupo, es decir, por cómo se forma, cómo se mantiene y cómo evoluciona. El portal “La Vanguardia” respecto del tema de las Violaciones grupales, señala que “…Lo que hacen las manadas es disparar el imaginario patriarcal en el que la que se erotiza el dolor de las mujeres y se las presenta como un seres deshumanizados al servicio de los hombres”. Es un contexto que amerita atención y una política de tratamiento del tema, urgente, ante la posibilidad de que el aumento de noticias y la relevancia mediática puedan ejercer algún tipo de efecto contagio.
Mujeres coautoras de femicidios: Estamos hablando de mujeres que se convierten en sujetos activos del delito de femicidio, es decir, mujeres que asesinan a otras mujeres por razones de violencia basada en género. En la exploración que nos ocupa, han resultado 12 casos en los cuales, son señaladas mujeres como copartícipes de los hechos violentos que terminan en femicidio.
Fenómenos asociados a los femicidios de venezolanas ocurridos en el exterior
“Guerra entre bandas criminales venezolanas en Colombia”: Ciertos medios digitales están reflejando de modo insistente sus preocupaciones por una aparente situación de “guerra entre bandas criminales” con miembros presuntamente venezolanos. Dos mujeres habrían sido asesinadas y se mencionan como parejas afectivas de los miembros de las supuestas bandas, objetos aparentes de venganza. (Ver descripción completa en el informe).
“Cuerpos de nadie”: Otra situación que preocupa y que saltó en el presente Monitoreo al momento de intentar establecer muertes de mujeres venezolanas en tránsito migratorio hacia Colombia, es la vinculada a la muerte de venezolanos en la frontera. Los llamados “cuerpos de nadie” con manos atadas, caras destrozadas por balas de fusil. Los matan en el cruce de un país a otro. Aparecen en las trochas, los caminos no oficiales de la frontera donde la responsabilidad de quien se encarga de ellos se vuelve difusa. (Ver descripción completa en el informe).
Comunidad LGTBI venezolana en Colombia: Por lo general, estas muertes se producen por rechazo hacia la identidad de género de las víctimas. Pueden ser cometidas por una persona desconocida, alguien con quien la víctima tiene un vínculo afectivo ocasional o estable, un prostituyente. Los femicidios transfóbicos o travesticidio están vinculados a un contexto específico de violencia contra aquellas personas cuya identidad de género se aparta de los criterios hegemónicos de feminidad y masculinidad, de manera que la violencia que se ejerce contra ellas es mucho más intensa desde el principio, como una suerte de castigo por ese apartamiento. La situación se presenta en varias zonas del país vecino. (Ver descripción completa en el informe).
Femicidios de trabajadoras sexuales venezolanas en Colombia: (Ver descripción completa en el informe).
Muertes de mujeres venezolanas en contextos de violencia obstétrica
La Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencias, establece que la violencia obstétrica es un problema de justicia y derechos humanos que requiere acciones que transformen de manera sistemática la forma en la que se concibe la atención en salud hacia las mujeres. Se genera en el ámbito de la atención del embarazo, parto y posparto en los servicios de salud públicos y privados, y consiste en cualquier acción u omisión que cause un daño físico o psicológico a la mujer, que se exprese en falta de acceso a servicios de salud reproductiva, un trato cruel, inhumano o degradante, o un abuso de medicalización, menoscabando la capacidad de decidir de manera libre e informada sobre dichos procesos reproductivos. Pero es que también estamos hablando de las carencias de medicamentos, insumos y equipos, necesarios para una atención obstétrica de calidad, lo cual debe ser necesariamente incorporado a nuestra legislación.
Este monitoreo recoge dos casos: uno en Venezuela y otro de una venezolana en Perú tras un aborto espontáneo.
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