El Análisis Rápido de Género permite una mejor articulación de la sociedad civil para atender las necesidades de las mujeres


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Publicado el: 14 de agosto de 2020

Care Internacional, el Centro de Justicia y Paz (Cepaz), Oportunidad y Uniandes organizaron el pasado 13 de agosto un webinar para exponer las conclusiones y recomendaciones del Análisis Rápido de Género sobre la crisis de refugiados y migrantes en Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela (ARG). El webinar fue moderado por Beatriz Borges, directora de Cepaz.

Borges explicó que el ARG es una mirada en el terreno acerca de las consecuencias de la emergencia humanitaria en Venezuela, que ha producido efectos agravados en las mujeres.

Las organizaciones de la sociedad civil hemos tratado de atender esta crisis en Venezuela, no solamente denunciando lo que pasa, sino intentando darle respuesta y por eso hemos desarrollado capacidades de atención humanitaria, indicó Beatriz Borges.

Comprender las necesidades desde una perspectiva de género

Por su parte Tatiana Bertolucci de Care Internacional señaló que el ARG fue una manera de evaluar la situación en la crisis humanitaria, para comprender las necesidades desde una perspectiva de género. Ha sido un proceso intenso de consulta y revisión de la situación.

Para realizar el ARG, se contó con el apoyo de actores locales en Ecuador, Perú, Colombia y Venezuela, país que vive la crisis de migración y refugio con el crecimiento más grande en el mundo.

Bertolucci expresó que la vulnerabilidad de las mujeres y niñas se evidencia en la salida de Venezuela, pero también hay un deterioro en la calidad de vida dentro del país. El 52% de los hogares venezolanos vivían en pobreza en 2018 y el 80% reportó experimentar inseguridad alimentaria.

Se ha evidenciado un aumento importante de niños y niñas que migran. El 29% de las personas migrantes son menores de 18 años, acompañados y no acompañados en el proceso de migración.

La COVID-19 llegó a agravar las condiciones ya preexistentes en Venezuela, empeorando especialmente  la situación de migrantes y refugiados, al generar un proceso de retorno forzado para algunos de ellos, que están siendo enfrentados a diversas vulnerabilidades, estigmatizaciones y xenofobia.

Antes de la crisis en Venezuela, las normas de género tradicionales significaban que los hombres jugaban el papel de proveedor principal y tomador de decisión en el hogar; en el caso de las mujeres tomaban las tareas del cuidado en el hogar.

Luego de la migración de los hombres, las mujeres en Venezuela tuvieron mayor acceso a los ingresos y la toma de decisiones en el hogar. En los países de acogida, muchas mujeres venezolanas continuaron siendo cabezas de hogar y con un rol más protagónico para lograr los ingresos, con una sobrecarga de responsabilidades en el área de los cuidados y el trabajo productivo en el hogar.

En los países de acogida, se presentan oportunidades de empleo para las mujeres de forma limitada. El mercado informal es el que ha sustituido la necesidad laboral de las mujeres y este tipo de trabajos pueden llegar a ser riesgosos. La discriminación la padecen en su mayoría las mujeres y las personas LGBTIQ+.

En el Análisis Rápido de Género, se observaron casos de sexo transaccional por supervivencia. En otros casos, se presentaron situaciones de acoso y explotación sexual, acompañadas de un incremento considerable de la violencia doméstica.

En el proceso migratorio desde el inicio hasta la llegada, la xenofobia ha estado presente con agresiones físicas, psicológicas, violencia sexual y extorsión. Las mujeres y las niñas son afectadas en mayor proporción por la violencia sexual.

Bertolucci indicó que la inversión que debería estar destinada a la salud sexual y reproductiva, se ha ido a la respuesta de la COVID-19, creando una barrera de acceso a la salud sexual y reproductiva para las mujeres. La COVID-19  ha empeorado la crisis de seguridad alimentaria, porque limita la generación de ingresos.

Las mujeres han reportado dormir al menos una noche en la calle, incluso con los niños, ya que los lugares de abrigo no tienen las condiciones adecuadas y muchos han sido cerrados porque no cumplen con las medidas de distanciamiento social.

Recomendaciones generadas del Análisis Rápido de Género
  1. Asegurar que la acción realizada considere las necesidades específicas de mujeres, hombres y niñas
  2. Transversalizar el enfoque de género y protección en línea con los principios de violencia basada en género y las medidas de mitigación de riesgos en todos los sectores de respuesta
  3. Garantizar una participación significativa en la definición de la estrategia de las poblaciones afectadas por la crisis, en particular las mujeres, niñas y personas LGBTIQ+
  4. Fortalecer la respuesta de salud sexual y reproductiva (SSR) en linea con el Paquete de Servicio Inicial Mínimo (PIMS) para SSR en situaciones de crisis
  5. Apoyar la asistencia a traves de PTM (Programas de Transferencia Monetaria), actividades generadoras de ingresos y opciones de empleo seguras y dignas
  6. Garantizar la disponibilidad de refugios seguros y opciones de alojamiento, especialmente para mujeres y niñas que viajan solas o con niños pequeños.
Mujeres y niñas en la emergencia humanitaria compleja

Rosa Elena Acevedo, presidenta de Uniandes expresó que no hay que cansarse de visibilizar la emergencia humanitaria compleja que atraviesa Venezuela. En el contexto de la COVID-19, la mujer enfrenta mayores riesgos por la responsabilidad de la compra de alimentos, la compra de medicinas, el gas, el uso del transporte publico, entre otros.

Los riesgos durante el proceso migratorio, como la trata, son particularmente graves para un gran número de niños no acompañados y las mujeres. El retorno de las y los migrantes se vive en condiciones adversas, con la permanencia en los albergues y la movilidad pendular. Los riesgos han aumentado en la movilidad pendular por las vías irregulares, representado las mujeres el 60% de la migración pendular.

Acevedo indicó que se debe garantizar la protección de las mujeres y niñas que emprenden la ruta migratoria y proporcionarles albergues seguros. Tomó como ejemplo que las mujeres venden su cabello para poder sobrevivir y comprar comida.

Los niños, niñas y adolescentes en cuarentena están expuestos frente al abuso, la explotación y además, se encargan del cuidado de terceros. La presencia de los grupos irregulares los pone también en situación de riesgo, pues hay un incremento del reclutamiento, algunos voluntarios y otros forzados.

Las niñas que viajan solas para reencontrarse con los padres, presentan un gran riesgo de ser víctimas de trata, tráfico y violencia sexual.

Es imposible atender a todos los retornados y hay peligros en la permanencia de mujeres y niñas en los albergues de frontera. Se calcula que 90.000 personas han retornado.

Profundizar la respuesta humanitaria a la crisis

Destacó el director de Oportunidad, Luis Martínez, que fue clave poder hacer este Análisis Rápido de Género en Venezuela para comprender mejor la situación y subrayó que se ha ido dando respuesta a una realidad que no se sabía cómo abarcar, que se ha ido ampliando la acción para la atención.

Hay un proceso de la sociedad civil para profundizar la respuesta humanitaria a la crisis. Uno de los retos importantes es la articulación de los actores de la sociedad. Diferentes proyectos han salido de esta práctica, pero es clave seguirlo haciendo, ya que hay mucho por abarcar aún.

La sociedad civil fue la primera en denunciar la emergencia humanitaria compleja y dio respuestas con programas y actuaciones que le correspondían al Estado, en la búsqueda de auxiliar a una Venezuela que está en crisis.

Se debe fomentar la capacidad técnica y la articulación de los actores locales, la coordinación de los ingresos y los recursos monetarios y humanitarios, como en el caso de Con Ellas y otras iniciativas.

Al finalizar, Martínez hizo un llamado a tomar conciencia de la necesidad en la articulación para la respuesta humanitaria y para satisfacer las necesidades de la realidad venezolana.

Bertolucci comentó que la mayoría de las mujeres hacen trabajos de hogar en los países de acogida con grandes riesgos, porque se encuentran en situación irregular.

Las líneas de servicios de atención que requieren mayor inversión son la atención de los refugiados, el acceso a las documentaciones para la dignidad humana y el servicio de protección vinculado a violencia y abusos de género.

Al finalizar el webinar, Borges indicó que frente a la incapacidad del Estado, la labor que está haciendo la sociedad civil es fundamental para atender los casos de violencia de género, no solo en el monitoreo, sino dando atención a las víctimas, como lo hace la alianza Cepaz,  la Fundación para la Prevención de la Violencia Doméstica hacia la Mujer (Fundamujer) y el Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad Central de Venezuela (CEM-UCV).


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