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Lección de paz: Gambia

Gambia fue la última colonia británica en lograr su independencia en el año 1965. Es uno de los países más pequeños y densamente poblados de África.

Tras una breve experiencia democrática que transcurrió desde 1970 hasta 1994, un golpe de estado derrocó a Dawda Jawara, presidente electo en tres oportunidades. El gobierno dictatorial de  Yahya Jammeh, líder del golpe, coartó las libertades y cometió graves violaciones de derechos humanos.

Jammeh resultó reelecto en cuatro oportunidades sin la participación de una verdadera oposición. Activistas de la sociedad civil iniciaron una protesta pacífica solicitando una reforma electoral. Jammah respondió violentamente. Una fuerte presión internacional por parte de la Unión Africana y la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), combinada con la resistencia pacífica de los ciudadanos, puso fin al régimen de Jammeh. En 2017 Adama Barrow, electo nuevo presidente, cambió  nuevamente el nombre la nación a República de Gambia.

Contexto

Tras declarar su independencia del Imperio Británico en 1965, Gambia pasó por un periodo democrático corto. Dawda Jawara fue el primer presidente, reelegido en 1972 y 1977. El julio de 1994 un golpe de estado incruento, liderado por Yahya Jammeh, derrocó a Jawara.

Una junta militar designó a Jammeh como mandatario interino. En 1996 fue elegido presidente y estableció un régimen dictatorial. Prohibió toda actividad política. En 2001 se proclamó ganador en un proceso considerado como fraudulento. Para octubre de 2013 anunció que Gambia se retiraba de la Commonwealth, a la que había pertenecido desde su independencia, y en diciembre de 2015 Jammeh declaró a Gambia como una república islámica.

Durante su gobierno se cometieron graves violaciones a los derechos humanos, se promulgaron leyes represivas sobre la libertad de expresión. Hubo violencia generalizada y represión contra la oposición. Los disidentes eran perseguidos y encarcelados. Las organizaciones de derechos humanos lo acusaron de torturas y desapariciones forzadas.

Los activistas de oposición realizaron en abril de 2016 una protesta pacífica para exigir reformas electorales urgentes, antes de las elecciones a las que Jammeh se presentaría por quinta vez. La respuesta a la protesta fue violenta. Los integrantes del principal partido de oposición, el Partido Democrático Unido (UDP), fueron arrestados. El líder político, Solo Sandeng fue detenido, torturado y asesinado bajo custodia.

Tras la muerte de Sandeng cientos de ciudadanos salieron a las calles a manifestar, exigiendo la liberación de los detenidos. La represión se incrementa y aumenta el número de personas detenidas El líder del partido de oposición Partido Democrático Unificado, Ousainou Darboe, también es detenido.

El tesorero del Partido Democrático Unificado, Adama Barrow, fue elegido como candidato de una coalición integrada por los siete principales partidos de la oposición. Su campaña electoral prometía la modernización y liberación de Gambia. Con una alta participación de la juventud, el pueblo de Gambia se presentó a las urnas, a pesar de la intimidación ejercida por los organismos de seguridad.

El presidente de la comisión electoral, Alieu Njie, responsable del recuento oficial final, no cedió a las presiones de Jammeh y anunció la victoria opositora. Aunque en primera instancia Jammeh felicitó a Barrow por su victoria, una semana después se negó a entregar el poder.

Tras esta negativa, la Unión Africana y la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao) expresaron que no reconocerían a Jammeh. Además de los organismoa regionales, las Naciones Unidas y  la Unión Europea pidieron a Jammeh que aceptara los resultados y garantizara que la transición se hiciera de manera pacífica.

Barrow viajó a Senegal y se juramentó en la Embajada de Gambia. La Cedeao amenazó con intervenir en Gambia y movilizó a 7.000 soldados de Senegal, Nigeria, Ghana y Níger. La intervención fue incruenta. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución respaldando al nuevo presidente. Barrow regresó a Gambia y el país inició el tránsito hacia la democracia.

El apoyo internacional y el acceso a los organismos internacionales, claves para el logro de la paz

La colaboración de los estados de África Occidental y los actores internacionales en la crisis en Gambia fue clave para alcanzar la paz tras 22 años de un régimen que anuló la constitución y prohibió los partidos políticos. Bajo el mando de Jammeh las fuerzas de seguridad torturaron, arrestaron y asesinaron a disidentes y el país atravesó una de las peores crisis económicas de su historia.

La “Coalición 2016”, formada por siete partidos opositores, seleccionó a Adama Barrow como candidato, a pesar de su poca experiencia política. Los exiliados de Gambia en Senegal, Suecia, el Reino Unido y los Estados Unidos formaron un grupo de resistencia, usando las redes sociales para apoyar a Barrow, través de mensajes de texto virales para organizar a los manifestantes, en que lo recordaban la muerte de Sandeng a manos del régimen. Los activistas se conectaban e intercambiaban mensajes usando las etiquetas #JammehMustGo, #GambiaHasDecided, #GambiaDecides, #GambiaRising y #FreeGambia. Se enviaron más de 250.000 mensajes llamando a las personas a votar en paz

Los activistas juveniles estimularon el ejercicio del voto, rechazado por la población tras años de manipulación de los resultados electorales. Esta campaña estimuló la confianza en el voto como una vía para lograr el cambio político.

Una combinación de resistencia civil, diplomacia efectiva, intervención de organismos internacionales y el apoyo de diversos gobiernos regionales, propició una solución pacífica al conflicto en Gambia.