A lo largo de los siglos los hombres han considerado a las mujeres que leen peligrosas. Una de las maneras que la sociedad patriarcal tiene para mantener la dominación sobre ellas es que lean lo menos posible, solamente lean lo que los hombres eligen, o simplemente no lean absolutamente nada.
La lectura disminuye en las mujeres la sumisión. Una mujer lectora se forma su propio juicio sobre el mundo y las desigualdades de género. La lectura brinda acceso a un aprendizaje de calidad, favorece el desarrollo personal y estimula el autoconocimiento. El hábito de la lectura pasa de madres a hijas, mejorando las competencias de las niñas durante el proceso de alfabetización.
Como parte del proyecto de empoderamiento de mujeres que hemos desarrollado en la parroquia La Dolorita, del estado Miranda, creamos junto a las lideresas comunitarias un club de lectura. Este es un espacio para compartir y viajar a través de los libros. Para intercambiar ideas y reflexiones a través de la lectura.
El objetivo es ofrecerles nuevos referentes femeninos con los que logren sentirse identificadas, y descubran que son capaces de alcanzar cuanto se propongan como protagonistas de sus propias historias.
El primer libro que analizamos en estos encuentros fue «Yo Tituba la bruja negra de Salem». Esta es la historia de una mujer que se enfrenta a la injusticia, la esclavitud, el racismo y al rechazo de su cultura. La novela está escrita con un claro enfoque de género.
En los primeros encuentros algunas manifestaron desánimo por no comprender en su totalidad el texto, o determinadas palabras usadas por la autora. Sin embargo, al pasar los días, fueron involucrándose en las dinámicas, participando cada vez más activamente. Al avanzar en las sesiones, las mujeres señalaron que la lectura les ha permitido tener una nueva perspectiva de un mundo más igualitario que desean construir.
Sin embargo, uno de los grandes obstáculos que complica la continuidad de esta iniciativa, es que muchas de las mujeres que iniciaron este club de lectura ahora necesitan lentes para la presbicia, lo cual no solo les dificulta leer, sino hacer múltiples tareas cotidianas con seguridad. Además, otras integrantes de la comunidad desean formar parte de esta iniciativa, pero no poder ver claramente los textos les impide participar a plenitud.
Para poder seguir con esta iniciativa necesitamos de tu aporte. Puedes donar y lograr que ellas recuperen el poder de leer, la independencia y la alegría de ver claramente en su día a día.