En una mesa de diálogo se siguen una serie de etapas en las que han de considerarse como elementos generales:
- La formación y el contexto del conflicto
La resolución de un conflicto supone siempre conocer las causas que lo han originado, esto es, detectar sus raíces y consensuar las medidas que permitan corregir su dinámica así como sus consecuencias.
- El nivel de compromiso
El diálogo al ser un proceso voluntario, ha de ser un proceso esperanzador ya que las partes deben acudir con el convencimiento de que se van a buscar un camino alternativo al conflicto, mediante la postura abierta al acercamiento y a dar un mínimo de confianza al esfuerzo que realizará la otra parte.
- La conducta de los actores
Es necesario que mientras el proceso se desarrolle, este se genere en un ambiente de respeto y confianza y se abren expectativas positivas entre las partes. Por lo tanto, la estructura de las actitudes es por tanto fundamental, ya que da cuenta de las actividades recíprocas de quienes negocian y de su forma de relacionarse.
- Las vías de salida
Todo proceso de diálogo que pretenda llegar a buen puerto, ha de perseguir la aceptación de las partes enfrentadas para lograr un cambio gradual de sus objetivos, superando las incompatibilidades iniciales. De ello dependerá el resultado de los esfuerzos que realicen, de cómo traten y realcen los asuntos que son de interés común y de los esfuerzos que lleven a cabo para su éxito.
Con información de Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP) “Importancia del diálogo para la prevención de conflictos y la construcción de paz”, 2009.