Resumen de riesgos
De acuerdo con el Centro de Predicción del Clima, El Niño se asocia típicamente con precipitaciones inferiores a la media en América Central y condiciones secas en la parte norte del continente sudamericano, incluyendo Colombia y Venezuela.
Tanto el IRI como la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica han pronosticado lluvias por debajo del promedio para enero-marzo de 2019 en todo el Corredor Seco de América Central. Este también será el caso de las áreas costeras del oeste de Colombia y del este de Venezuela, aunque es probable que las condiciones mejoren durante abril y mayo.
La principal temporada de siembra de arroz en Venezuela comenzó en octubre de 2018 y podría verse afectada por las condiciones de El Niño. Un evento prolongado de El Niño también podría afectar la temporada principal de siembra de 2019 para el maíz y la temporada secundaria de siembra para el arroz, que comienza en mayo y abril, respectivamente. Las condiciones secas podrían agravar la ya severa crisis económica en el país, donde el colapso financiero, la hiperinflación y el deterioro creciente en la provisión de bienes públicos han resultado en un aumento dramático de la inseguridad alimentaria. Un mayor daño a la agricultura podría contribuir a la salida continua de migrantes venezolanos en la región.
Según el Fondo Monetario Internacional, Venezuela sigue atrapada en una profunda crisis económica y social. La caída del PIB se estima en alrededor del 18 por ciento en 2018, principalmente debido a una disminución significativa en la producción de petróleo y los precios internacionales desde 2016. Se esperaba que la inflación proyectada aumentara a 1 millón por ciento para fines de 2018. El colapso de la actividad económica, La hiperinflación y el creciente deterioro en la provisión de bienes públicos (salud, electricidad, agua, transporte y seguridad), así como la escasez de alimentos a precios subsidiados, han dado lugar a grandes flujos migratorios, lo que conducirá a una intensificación de los efectos de la propagación en los países vecinos.
El Gobierno implementó un Programa de Recuperación Económica, que comenzó el 20 de agosto de 2018, sin embargo, es demasiado pronto para mostrar resultados y mejoras en la política macroeconómica. Además, el Gobierno ha incluido algunas medidas adicionales recientemente, aumentando los salarios y revalorizando el sistema monetario basado en el “Petro”. La situación sigue siendo incierta, debido a la falta de evidencia para medir el impacto.
La afluencia de migrantes venezolanos en la región continúa. Aproximadamente 2,3 millones de venezolanos habían huido del país afectado por la crisis en junio de 2018, según lo declarado por el Portavoz del Secretario General de las Naciones Unidas. El Gobierno ha lanzado un programa llamado “Vuelta a la Patria” para los retornados, principalmente de países de América Latina y el Caribe, como Chile, Colombia, Ecuador y Perú. El programa tiene como objetivo ofrecer oportunidades para los retornados en el país.
Según un informe reciente de la Organización Internacional para las Migraciones, las salidas de población de Venezuela han aumentado considerablemente en los últimos dos años, con un estimado de 1,6 millones de venezolanos en el extranjero en 2017, en comparación con 700 000 en 2015.
De estos, aproximadamente 885 000 venezolanos se encuentran en América del Sur, 308 000 en América del Norte, 78 000 en América Central y 21 000 en el Caribe. Sobre esta base, las organizaciones internacionales han preparado un Plan de Acción para cumplir con las principales prioridades de los gobiernos para ayudar a los ciudadanos venezolanos.
Impacto potencial
Es demasiado pronto para medir el impacto del Programa de Recuperación Económica. Hacer frente al aumento del gasto social en un contexto de crisis económica podría ser un desafío para el Gobierno de Venezuela, teniendo en cuenta los bajos precios del petróleo y la presión internacional.
La prevalencia de la subnutrición está aumentando. Según la FAO, el porcentaje de personas subnutridas en el país se ha triplicado, de 3.6 por ciento en 2013 a 11.7 por ciento en 2017, lo que representa cerca de 3.7 millones de personas.
Informe de alerta y acción temprana
Las acciones dirigidas a aumentar la producción local de alimentos y apoyar el refuerzo y la capacidad de recuperación de los sistemas alimentarios locales podrían mitigar el aumento de la inseguridad alimentaria en Venezuela.
Acciones tempranas recomendadas
Evaluación
Fortalecer los sistemas de información sobre seguridad alimentaria y gestión de riesgos de desastres, con énfasis en la agricultura familiar.
La producción de alimentos
Mejorar las capacidades técnicas e institucionales para el desarrollo de sistemas de producción agrícola basados en la familia y la comunidad con un enfoque de gestión de riesgos agroclimáticos.
Diseñar e implementar unidades / sistemas de producción agrícola que no dependan de insumos externos (semillas, fertilizantes y pesticidas), y permitir el aumento y la diversificación de la producción agrícola resistente y la alimentación escolar (en asociación con el UNICEF).
Cultivos
Proporcionar apoyo para la producción de bio-insumos agroecológicos (fertilizantes orgánicos, bio-controladores).
Apoyar la producción local y el almacenamiento de semillas de buena calidad.
Apoyar el establecimiento de huertas para consumo familiar.
Promover la diversificación de los medios de vida y las buenas prácticas agroecológicas para mejorar la resiliencia frente a los riesgos agroclimáticos y socioeconómicos.
Ganado
Fortalecer la pequeña producción ganadera y avícola para consumo familiar.
Agua y energia
Promover la gestión racional y el uso del agua de riego y la energía.
Descargue el informe completo en inglés aquí.