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El comedor de la sopa, una experiencia exitosa de acción humanitaria en La Dolorita

Para atender la emergencia humanitaria compleja que vive Venezuela es necesario desarrollar proyectos con una respuesta combinada de acción humanitaria y derechos humanos. Sobre todo en momentos en los cuales la población, en especial las mujeres, niñas y adolescentes venezolanas, están tan afectadas. Proveer de alimentación a la familia es el eje de la movilización diaria de las mujeres.

Con este objetivo en mente, desde el Centro de Justicia y Paz (Cepaz) buscamos brindar apoyo en seguridad alimentaria a la parroquia La Dolorita, una de las más vulnerables de la ciudad de Caracas. En esta comunidad las personas, como resultado de la hiperinflación y pérdida del poder adquisitivo, no pueden adquirir los productos necesarios para una alimentación suficiente ni balanceada.

Durante las visitas realizadas por el equipo de Cepaz a la parroquia pudimos constatar que sus habitantes han perdido peso de manera significativa. En cada encuentro estaban más delgados, demacrados y manifestaban tener poca energía. La mujeres del sector nos describieron la grave situación alimentaria que atraviesan, caracterizada por la ausencia en sus dietas de los productos de la canasta básica. En general, en los hogares del sector se realizan menos de tres comidas diarias, siendo las porciones que consumen cada vez más pequeñas.

Los adultos además suprimen una o más de sus tres comidas para alimentar a sus hijas e hijos, acostándose sin comer. Su dieta básica es de baja calidad, con escaso o ningún consumo de proteínas de origen animal, pues adquieren alimentos de preferencia calóricamente más densos y más baratos, como los granos y harinas.

Decidimos entonces establecer un comedor comunitario, que pudiera garantizar el acceso a al menos una comida equilibrada. La selección de los beneficiarios estuvo dirigida, en especial, a personas que no tuviesen acceso a otros comedores de la zona. En la etapa piloto del denominado «comedor de la sopa» se proporcionó alimentación a 300 personas semanalmente.

Estas comidas fueron preparadas por la comunidad, basándose en un menú diario elaborado por una nutricionista. Todas las personas participantes en este proyecto recibieron capacitación en higiene, manipulación y preparación adecuada de alimentos.

También se entregaron meriendas a niños y adolescententes en edad escolar, constituidas por una ración de fruta (naranja, cambur, mandarina), combinada con una ración de queso, la cual tuvo una excelente aceptación y receptividad, ya que la mayoría de las niñas y niños llevaba la arepa sola o con mantequilla. En una población tan vulnerable esta merienda venía a complementar su alimentación en la escuela durante el desayuno, e incluso en el hogar durante la cena.

Haber escogido como hilo conductor el concepto de “sopa nutritiva”, fue un rotundo éxito por varias razones. La primera de ellas es que se trata de una presentación que puede ser masticada y digerida con la misma facilidad por niños de todas las edades, adultos, mujeres embarazadas y sobre todo ancianos. En las encuestas realizadas tras la etapa piloto, los ancianos incluso manifestaron que sintieron que habíamos pensado en ellos, pues la gran mayoría carece de piezas dentales, lo que dificulta la masticación de carnes y alimentos de otras texturas. Por otra parte, niños que no comen con facilidad vegetales y granos, los ingirieron sin dificultad al estar añadidos a la sopa.

Otra ventaja es la presentación de plato único, que aceleró el proceso de dos turnos diarios y la rotación de entrada y salida de los beneficiarios; y finalmente, facilitó el lavado de los utensilios, pues requirieron menor esfuerzo físico y fue un considerable ahorro de agua y detergente, en un sector con severas fallas en el servicio de agua potable.

Sin embargo, las limitaciones de recursos nos han impedido seguir apoyando a este comedor. Es por ello que seguimos insistiendo con donantes para tener la posibilidad de continuar brindando esta asistencia alimentaria.

Como organización de defensa de derechos humanos, hemos aprendido que junto a nuestra misión de formación, y a la labor de documentar y denunciar las violaciones de derechos humanos, es necesario desarrollar proyectos con componentes de asistencia humanitaria, porque una vez que hemos llegado a encontrarnos con la gente en sus espacios de vulneración, no podemos irnos sin contribuir en el esfuerzo de mantener y proteger la dignidad humana. La Dolorita, y en especial sus mujeres se han convertido en el corazón de nuestros proyectos humanitarios.

Ayúdanos a seguir brindándoles asistencia. Hay varias formas de apoyar: con alimentos no perecederos como harinas de maíz y de trigo, arroz, granos, pasta, avena, soya, condimentos secos, azúcar, sal, enlatados, lácteos en polvo o de larga duración, cereales, compotas y agua mineral. También puedes donar a través de PayPal en el enlace ubicado en la página de inicio de nuestra web https://cepaz.org/staging/

¡Gracias por tu colaboración!