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Cuando hablamos de la menstruación o regla, por lo general se hace únicamente en contextos médicos y se dice bajito. “Divagamos para nombrar el proceso biológico que paradójicamente es una parte de nuestro tejido que se prepara para una nueva vida” Así lo expresó la Abg. Carolina Godoy en el conversatorio: Menstruación y copas menstruales, realizado este viernes 29 de octubre por Unión Afirmativa y el Centro de Justicia y Paz (Cepaz).
Durante la conversación, se dio a conocer como se produce el sangrado, cuando cumplido el ciclo biológico no hay nada que se instale para gestar. En este sentido pudieron mostrar cómo funciona el ciclo menstrual y cuáles son los días fértiles antes y después de la menstruación y los días no fértiles y en los cuales hay pocas probabilidades de concebir.
La Abg. Godoy contestó a las preguntas más frecuentes acerca del proceso. Entre ellas, la edad aproximada en que una niña comienza a menstruar y hasta que edad adulta aproximadamente, en este sentido, determinó que la edad aproximada de inicio puede estar entre 9 y 12 años, sin embargo la edad de término puede ser mucho más variante.
Aseguró que el síndrome premenstrual no estático es muy común, ya que existen personas que puedan padecer mareos, vomito, depresión o incluso no presentar en ocasiones ningún síntoma, sin embargo resaltó la importancia de acudir a un médico si existen dolores muy fuertes.
Existen diversidad de historias que se relacionan con la primera llegada de la regla o de ese “monstruo” llamado menstruación, y así también con la falta de información y el “secretismo de lo que conlleva a la menstruación tanto en la casa como en los colegios”, afirmó Godoy.
La menstruación como factor de desigualdad de género
Carolina expresó como en situaciones de emergencia, la higiene de la mujer no es tomada en cuenta al momento de entregar recursos por ejemplo, no reparten toallas sanitarias ni ningún elemento relacionado con la menstruación.
Otros de los factores explicados se engloban en torno a la ausencia de acceso gratuito y los altos costos de adquisición, el valor agregado a pesar de ser una necesidad fisiológica, el impedimento de acceso a la educación cuando las jóvenes no asisten al colegio durante los días de la regla y la transmisión de información incompleta o errónea por tratarse de un tema “tabú”, entre otros.
Durante el conversatorio, estuvo presente la Abg. Jany Joplin, quien dejó ver algunos ejemplos de cómo las mujeres prefieren que no se sepa que tienen la menstruación “lo ocultamos en el lenguaje al llamarla por diferentes nombres (en su mayoría masculinos) pero hay que nombrarla, no disimularla, es un proceso biológico natural” y en algunos países se esconde a las mujeres durante el tiempo que estén menstruando o no se les permite acercarse a los miembros masculinos de la familia por diversas creencias en torno a lo que representa.
Algunos de estos ejemplos son:
Afganistán existen mitos acerca de la infertilidad producida por la menstruación por lo que no permiten a las mujeres asearse
En Irán por su parte consideran que es una amenaza a la virginidad.
Para las mujeres en Japón, está prohibido hacer sushi porque consideran que si la mujer está menstruando el pescado se pudre.
Las creencias en Bolivia dicen que produce cáncer, por lo que las toallas usadas deben desecharse a escondidas y las mujeres ocultar que tienen la menstruación.
Copa menstrual: Un recurso ecológico y seguro para las mujeres
Durante el conversatorio se realizó un taller para dar a conocer la copa menstrual y su correcto uso. Además la organización donó a una a cada de asistentes al taller.
Joplin explicó que la copa está hecha de un producto quirúrgico antialérgico, por lo que es más segura para la higiene femenina, sin embargo hizo la salvedad de que existen personas que pueden ser alérgicas a este material.
“Tienen tamaños distintos para adaptarse al espacio de cada mujer, ya que algunas han parido más de una vez, o son mujeres muy activas sexualmente, pero no han dado a luz”. Es importante destacar que la edad es un factor a tomar en cuenta de igual forma.
Una copa tiene una duración de aproximada de 8 años, no obstante, de la misma forma que las horas de colocación, dependerá del flujo y la regularidad de uso de cada persona. “Por lo general su uso es de 8 a 12 horas corrido”, explicó Jany.
Para finalizar, la abogada explicó el proceso de colocación que empieza con la esterilización de 4 a 5 minutos en agua hervida, y una vez dejada enfriar debe doblarse en la copa para introducirla. “Es importante que no la coloquen sentadas en la poceta, ya que si se cae la perdemos, la recomendación es agacharse, de preferencia en la ducha y colocarla”.
Para retirarla no se debe halar por la punta, para no correr riesgos de romperla, se debe sacar desde arriba.
La invitación final giró en torno a probarla y “amigarse” con este método para el cuidado e higiene durante la menstruación. “Todas las cosas nuevas nos parecen extrañas y la primera vez siempre genera inseguridad, pero una vez que calza no debe incomodar” Afirmó Godoy como cierre de la actividad.
La copa menstrual viene a significar una ayuda para las niñas, jóvenes y mujeres al mismo tiempo que se contribuye con el medio ambiente. Las copas menstruales son hechas de silicona, tiene la tarea de recoger la menstruación, son reutilizables y duran hasta 10 años.
Al final de la actividad, las asistentes recibieron una copa menstrual de obsequio por su participación.