La Conferencia Internacional de Donantes, organizada por el gobierno de Canadá, recaudó 954 millones de dólares para ayudar a más de 5 millones de personas migrantes y refugiadas venezolanas.
En esta oportunidad la Conferencia contó con la participación de más de 30 países y dos bancos de desarrollo, y logró el compromiso de los donantes de aportar 1.554 millones de dólares para abordar la crisis. De esta cantidad, 954 millones serán donaciones para ayudar a los millones de venezolanos que se han visto obligados a abandonar el país.
Se incorporaron seis nuevos países donantes, como Chipre, Polonia y Lituania. Mientras que otras naciones, como Estados Unidos, con cerca de 400 millones de dólares, y Canadá con 93 millones de dólares, aumentaron sus contribuciones.
En su intervención, la ministra de Desarrollo Internacional de Canadá, Karina Gould, señaló que se pondrá en marcha un programa para dar seguimiento a las promesas de este año. «Con nuestras acciones le estamos diciendo a los países de la región, y a los refugiados y migrantes venezolanos que estamos aquí para apoyarlos. Sabemos que la respuesta a esta crisis no puede quedar en manos solamente de los países de acogida».
Crisis sin precedentes
Por su parte Antonio Vitorino, director general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), aseveró que el desplazamiento masivo de personas venezolanas es una crisis sin precedentes en la región. Cada vez son más los venezolanos que emprenden travesías peligrosas para salir de su país.
Aunque los desafíos son numerosos, Vitorino resaltó iniciativas alentadoras que se han tomado en varios países, como el Estatuto Temporal de Protección para venezolanos en Colombia. Exigió además la inclusión de los venezolanos migrantes y refugiados en los planes de vacunación en los países de acogida. Un aspecto fundamental para una lucha exitosa contra la COVID-19 en la región. «Debemos reconocer la pertinencia de contar con soluciones a largo plazo para la integración y el apoyo permanente para las comunidades de acogida», agregó.
Mayores desafíos de protección
El alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, aseguró que la región está impactada por el flujo de migrantes y refugiados venezolanos. Además enfrenta un “momento crítico”, debido a que la pandemia de COVID-19 sigue azotando a América Latina y al Caribe.
Como consecuencia, los migrantes y refugiados venezolanos se enfrentan a mayores desafíos de protección. Uno de cada cuatro niños venezolanos han sido separados de uno o de ambos padres en los refugios y uno de cada 3 se van a dormir hambrientos. Cerca de dos tercios no han ido a la escuela desde el inicio de la pandemia.
Las mujeres también corren un riesgo mucho mayor. La violencia, el acoso sexual y el abuso están en aumento. Adicionalmente el 49% de los refugiados venezolanos han perdido sus empleos. La extorsión de las redes de contrabando humano, los robos, la violencia de género, la violencia sexual y la trata se han convertido en algo común a pesar de los cierres fronterizos. Son peligros que suelen ser fatales. Grandi instó a la comunidad internacional a apoyar las iniciativas para la regularización de la situación de las personas venezolanas, lo que además requiere un esfuerzo especial de los donantes.
Las necesidades han crecido
El Representante Especial Conjunto de ACNUR y OIM para los Refugiados y Migrantes Venezolanos, Eduardo Stein, reconoció que desde la pasada Conferencia de Donantes es mucho lo que se ha logrado. Sin embargo, ahora más que nunca es necesaria la solidaridad y el apoyo debido al grave impacto de la pandemia. En los últimos 18 meses las necesidades han crecido de manera exponencial. Para el 2021 el Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes Venezolanos requería 1.444 millones de dólares para brindar asistencia vital, protección y soluciones para los migrantes y refugiados más vulnerables y las comunidades de acogida afectadas. En total, 3.3 millones de personas se encuentran en necesidad crítica de asistencia.
Apoyo para el pueblo venezolano
Para António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, «la situación sociopolítica, de seguridad y humanitaria en Venezuela sigue imponiendo muchas dificultades en las condiciones de vida y el bienestar» de los venezolanos. Muchas personas no han tenido otra opción que salir del país. Los venezolanos también se enfrentan a mayor discriminación y xenofobia y trabas para acceder a la protección institucional. Las personas venezolanas refugiadas y migrantes hacen aportes significativos en la región para el desarrollo de los países y tienen el potencial para generar oportunidades económicas. El pueblo de Venezuela anteriormente abrió sus puestas para millones de personas que salieron de sus países, ahora quienes salen del país requieren el apoyo de los donantes.
La falta de recursos afecta la capacidad de respuesta
Por su parte Inger Ashing, directora ejecutiva del programa Save the Children International, aseveró que el Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes Venezolanos no ha sido financiado adecuadamente. Solamente se tiene acceso a una parte de los recursos que se requieren, afectando la capacidad de respuesta. Las poblaciones más vulnerables, como mujeres, niñas y niños, indígenas, comunidad LGBTI, requieren de estos aportes, necesarios para promover la integración y fortalecer las soluciones duraderas.
Más inversión
Juan Carlos Viloria Doria, presidente de la Coalición por Venezuela, indicó que la respuesta debe ser tan grande como los retos. Esta coalición, integrada por más de 60 organizaciones en 20 países, ha atendido a más de un millón de refugiados y migrantes en el último año. Contando para ello con 10 mil profesionales y 13 mil voluntarios. Se requiere más inversión para que las jornadas de salud se transformen en centros de salud permanentes, y que los permisos temporales sean sustituidos por planes de regularización flexible, explicó Viloria.
Las vacunas son prioridad
El presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), Francesco Rocca, destacó que trabajan para establecer algunas estrategias que permitan a los migrantes y refugiados tener acceso a los servicios que requieren. Y también para enfrentar las barreras que incrementan la desigualdades, como el acceso a las vacunas.
Para Josep Borrell, Alto Representante de la Política Exterior de la Unión Europea, la pandemia no ha hecho más que agravar la situación de los 5,6 millones de migrantes venezolanos y de las comunidades de acogida. «La urgencia de vacunar a los desplazados venezolanos y apoyar a las comunidades de generosa acogida hace urgente mantener el compromiso. La Unión Europea está dispuesta a hacer su parte”, recalcó.
Solución pacífica para Venezuela
Los países participantes coincidieron en afirmar que la salida forzada de millones de personas de Venezuela tiene su origen en la crisis política que atraviesa el país, la cual es anterior a la pandemia. Reconocieron así mismo que la COVID-19 agravó la situación, por lo que exigieron un trato igualitario para los migrantes y refugiados venezolanos en la atención de salud y en el acceso a vacunas. Así como una salida pacífica, negociada y electoral a la crisis. Por su parte los países de acogida asumieron importantes compromisos para la regularización de migrantes y refugiados.
También se enfatizó la urgencia de que los actores humanitarios puedan trabajar en Venezuela de conformidad con los principios humanitarios. Y se abogó además por el cese de la presión contra la sociedad civil organizada en Venezuela, para que puedan seguir apoyando a las poblaciones más vulnerables.
El pueblo de Venezuela merece un mejor futuro. La causa profunda de esta crisis de movilidad humana en la región está dentro de Venezuela. Solamente una resolución pacífica dará respuesta a largo plazo.