La directora ejecutiva del Centro de Justicia y Paz (Cepaz), Beatriz Borges, analizó las afectaciones diferenciadas que sufren las mujeres durante el proceso migratorio, y explicó cómo el tejido de redes de acompañamiento las ayudan a superar obstáculos, durante su participación en el programa «Un bocado para el alma», transmitido por Radio Anáhuac de México, y conducido por Luz Marie Orcie y Claudia Hermosillo.
La migración: un fenómeno en crecimiento
Si bien la migración es un fenómeno social constante a lo largo de la historia, en los últimos años el flujo migratorio ha experimentado un incremento notable. Según cifras de las Naciones Unidas, más de 284 millones de personas están en situación de movilidad y de esas, 117 millones en movilidad forzada, generada por situaciones de conflicto y violencia. Esta realidad significa que, por cada tres personas migrantes, una se enfrenta a un desplazamiento forzado, una estadística que subraya la urgencia de comprender y abordar este complejo problema. Son personas que tienen que salir de sus países de origen para buscar seguridad y protección.
Perspectiva de género en la migración: vulnerabilidades y derechos
Dentro de esta población migrante, las mujeres enfrentan afectaciones diferenciadas, y están expuestas a mayores niveles de violencia, desigualdad y discriminación. El acceso a derechos básicos como educación, salud, vivienda y alimentación se ve comprometido para las mujeres migrantes. A esto se suman la trata y el tráfico de personas, que constituyen formas de criminalidad internacional que las afectan directamente.
Es crucial responder a las necesidades específicas de las mujeres en este contexto. Esto implica reconocer las violencias que sufren en los países de origen, tránsito, e incluso en los procesos de integración en los países de acogida. Estas situaciones exigen una respuesta integral, que no solo denuncie ante los Estados estas violaciones, sino que también empodere a las mujeres para defender sus derechos.
Conocimiento y protección: un enfoque dual
El enfoque del trabajo de Cepaz con mujeres migrantes se basa en una doble vertiente: visibilizar las afectaciones diferenciadas que sufren las mujeres migrantes y promover que los Estados tomen medidas de protección específicas. Paralelamente, se fomenta que las mujeres conozcan sus derechos, lo que facilita su protección, integración y desarrollo en cada etapa de su proceso migratorio.
Cepaz apuesta por las mujeres como agentes de cambio y constructoras de paz. Cuando una mujer conoce sus derechos, entiende las situaciones que enfrenta y puede alzar su voz, se abre camino hacia su autonomía y libertad. Para Borges, en un contexto migratorio plagado de obstáculos, es fundamental que las mujeres sean conscientes de sus vulnerabilidades, cuenten con herramientas para sobreponerse a las adversidades y puedan elevar su voz con consciencia de derechos.
Donde estén tienen derechos
Recalcó la directora de Cepaz que es esencial entender que los derechos son inherentes a la dignidad humana, independientemente de la condición migratoria. Estos derechos acompañan a la persona migrante a donde quiera que vaya. Sin embargo, el desconocimiento de estos derechos y el temor a denunciar situaciones de abuso, especialmente cuando se migra en una condición irregular, crean una capa de vulnerabilidad que debe ser abordada a través del empoderamiento, la información y la promoción del acceso a la justicia.
Las organizaciones de la sociedad civil, como Cepaz, desempeñan un papel vital, al ofrecer no solo información y orientación, sino también al tejer redes para el acompañamiento en los procesos de integración y para el afrontamiento de las violaciones de derechos.
Borges concluyó señalando que historias desgarradoras, como las de las mujeres que pierden a sus hijos o esposos en el camino migratorio, subrayan la urgencia de programas de apoyo integral, que permitan a estas mujeres reconstruir sus vidas. Al darle voz a estas experiencias y proporcionar herramientas prácticas para superarlas, se siembra la semilla de la esperanza y la dignidad humana.
Foto: Agencias